Ayer circularon en internet imágenes del alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, cayendo de una altura aproximada de dos metros junto con su comitiva luego que el puente colgante de un atractivo turístico denominado Paseo Ribereño se desplomara al paso de las personas que lo recorrían.
El incidente dejó a 25 personas lesionadas, entre ellas regidores, el alcalde y su esposa, Luz María Zagal, así como secretarios del gabinete, reporteros y fotógrafos. De nuevo una obra se viene abajo y de inmediato lo que hace la autoridad municipal es culpar a una persona del hecho, y no es el constructor, ni la persona responsable del mantenimiento, ¡no! fue a uno de los usuarios del puente que aseguraron comenzó a brincar.
Sin embargo el fondo del asunto va más allá y es un claro ejemplo de la irresponsabilidad de la autoridad a la hora de dejar cabos sueltos en los procesos de obras lo que permite actos de corrupción y omisiones que en un momento determinado terminan costando vidas. Ayer fue un puentecito colgante de no más de dos metros de alto que dejó policontundidos a más de uno por fortuna para ellos, pero tenemos otros ejemplos como el de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México cuyo saldo fue de más de una veintena de muertos, y claro que entre ellos no iba ninguna de las autoridades y ningún representante de las empresas encargadas de la obra.
En Cuernavaca sí, iba el alcalde y funcionarios que vivieron en carne propia lo que puede producir un descuido, una falta de responsabilidad y en el peor de los casos actos de corrupción derivados de procesos poco claros como le decía en el tema de las licitaciones hechas a modo, como de la obra en general del parque en cuestión que fue restringida a sólo tres empresas hecha casi, casi a la medida.
A ver si así aprenden a prestar más atención a su trabajo, a quien le toca administrar cualquier posición desde el Ejecutivo le debe quedar claro que no es un juego que de sus acciones no solo dependen temas económicos o de inversión sino vidas humanas, ayer solo fue un porrazo, que espero que les sirva a muchos de un golpe de realidad.