Andrés Manuel anunció, antes de tomar el poder, que incrementaría por decreto los salarios mínimos en todo el país, inclusive, ordenó que el aumento fuera mayor en los estados fronterizos con los Estados Unidos, sin embargo, no pensó que estos incrementos de los salarios mínimos aumentarían los niveles de inflación, afectando por supuesto, a aquellos ciudadanos que no se beneficien por un aumento de sus ingresos.
A Andrés Manuel López Obrador se le olvidó que los empleados del gobierno también son ciudadanos mexicanos y por ende, tienen la necesidad de que su salario se les incremente, sin embargo, esto no se ha dado en la mayoría de los gobiernos municipales, estatales y federales, en parte, resultado de la reducción de los presupuestos reales, por lo cual, los gobiernos locales se han visto en la necesidad de mantener los salarios de los burócratas sin movimientos, afectando así su calidad de vida, y en los casos en que se haya autorizado un incremento, por ejemplo a los trabajadores de la UAEH, éste ha sido miserable, tan sólo 3.8%.
Es imprescindible un incremento de los salarios a todos los trabajadores y burócratas mexicanos, pero un aumento real, porque cada día el precio de la canasta básica aumenta y sube como globo de feria en primavera.
Andrés Manuel debe pensar no solamente en los obreros mexicanos, sino también en los burócratas que viven día a día de su salario y, seguramente en lo que resta del año, su poder adquisitivo descenderá y, por ende, su calidad de vida. Urge un cambio presidente, México necesita en todos sus niveles un incremento del salario real, que permita aumentar el nivel de vida de los mexicanos que es, según entiendo, fundamento de su gobierno.
