Exactamente 10 años cinco meses después de la masacre de San Fernando, acontece la matanza de Camargo, ambas poblaciones de Tamaulipas próximas a la frontera con Estados Unidos.
En San Fernando fueron 72 las víctimas, asesinadas con arma de fuego, en su mayoría migrantes centroamericanos y algunos sudamericanos; en Camargo fueron 19, probablemente procedentes de Guatemala, ultimados a tiros y luego calcinados.
No son hechos aislados. Son producto de la violencia que ejercen en la zona los cárteles que se disputan el trasiego de drogas y el tráfico de migrantes.
Esta violencia ha encontrado en los migrantes, sobre todo centroamericanos, pero también de otras nacionalidades e incluso mexicanos, víctimas propicias en la batalla por el control de la zona.
Como personas, los migrantes no tienen nada que ver en esa pugna; es en su inaceptable condición de mercancía que quedan en medio de la contienda.
Existen algunas informaciones testimoniales y periodísticas que confirman que en parte del territorio de Tamaulipas solo se puede ser migrante si se cuenta con clave.
El cártel predominante, al parecer el cártel del Golfo, impone una regla: los traficantes de migrantes solo pueden hacer traslados si cuentan con clave, una clave que, desde luego, el mismo cártel vende y otorga. Con clave, hay protección; sin clave, hay represión. Con clave, avanzas; sin clave, te mueres.
Y no es nada personal, podría deducirse. De lo que se trata es de dejar sembrado el escarmiento: si como traficante no pagas, te los mato. El poder que se sostiene con sangre. La ruta que se asegura con muerte.
Estas condiciones de extorsión y amenaza tal vez expliquen los hechos de San Fernando y de Camargo, y acaso también el descubrimiento en 2011 de 40 fosas clandestinas con 283 cuerpos en San Fernando.
Hay otros hechos, menos notorios pero graves, que ha registrado la prensa: el 19 de febrero de 2019 (Héctor de Mauleón, El Universal 12/03/19) hombres armados bajaron de un autobús a 25 personas, también en Tamaulipas (parte 001/2019 de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal); y el 7 de marzo de ese año, sujetos armados interceptaron un autobús en la carretera San Fernando-Reynosa, obligaron a bajar y se llevaron a 19 pasajeros.
En los últimos seis meses las autoridades estadunidenses de Texas han localizado 34 casas de seguridad donde esconden y secuestran a migrantes, ubicadas en Roma y Danna, ciudades fronterizas de Texas, a 44 y 74 kilómetros de Camargo, respectivamente (MILENIO, 29/01/21, Camargo, nuevo foco en el tráfico de migrantes).
A la luz de los hechos que se han presentado de manera intermitente por más de 10 años en Tamaulipas, es urgente e indispensable que las autoridades federales y locales establezcan las medidas necesarias para impedir la repetición de estos hechos.
(*) Secretario general de Servicios Administrativos del Senado y especialista en derechos humanos.