18 de diciembre, Día Internacional del Migrante
La migración internacional indocumentada acumula cada vez más causas y dificultades.
Entre las causas, a la pobreza y la necesidad de empleo se han ido sumando otras que expulsan a personas de todas las edades y condiciones. Salen huyendo de la violencia criminal, de la inseguridad, de los cárteles o pandillas que asesinan o reclutan; escapan de la inestabilidad política, de la persecución de regímenes totalitarios, de las restricciones a las libertades fundamentales y de la guerra. El cambio climático, por otra parte, ocasionará que para 2050 haya 216 millones de desplazados en su propio país, según estimaciones del Banco Mundial.
En cuanto a las dificultades, los riesgos en el camino y en los lugares de llegada van en aumento.
En el Mediterráneo y el Atlántico murieron mil 544 migrantes durante 2020 en su intento de llegar a Europa, lo que equivale a cuatro fallecimientos cada día. Si ya era una cifra para alarmarnos, lo es más la de 2021, cuando se alcanzó un promedio diario de 8 víctimas. Sí, la muerte en esas aguas se duplicó de un año a otro para llegar a más de 3 mil el año pasado, de acuerdo con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Allá, Fabrice Laggeri presentó su renuncia a la dirección de Frontex, la agencia de fronteras de la Unión Europa, que fue sometida a una investigación de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude para esclarecer las llamadas “devoluciones en caliente”, que ponían en riesgo a los migrantes.
De este lado del Atlántico también abundan los muertos y escasean los responsables. De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas, de la Secretaría de Gobernación, de 2014 a julio de 2019 murieron mil 998 migrantes, esto es, mil 279 en la frontera sur de EU, 662 en México y 66 en Centroamérica.
Según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), en la frontera de México y EU han muerto mil 666 migrantes; se trata de una tendencia en ascenso: 247 en 2020; 566 en 2021; y 853 en 2022.
¿A dónde va un aumento de migrantes fallecidos en la frontera, que pasó de un promedio de dos víctimas cada tres días en 2020 a un promedio de dos fallecimientos cada día en el año que termina? ¿Cuál es el límite? ¿En qué momento nos dolerá lo suficiente para evitar esta tragedia?
Los migrantes son un inmenso pueblo olvidado. Habría que impulsar una revolución profunda en el sentido y ejercicio de la responsabilidad de los países emisores y receptores de migrantes. Ni los países de origen pueden limitarse a la queja y a demandar mejor trato para los suyos, ni los de destino pueden culpar a los emisores de sus propias acciones en materia de migración. Todos tenemos que asumir nuestras responsabilidades.
Y México especialmente, porque es territorio de llegada, de paso, de salida y de retorno de migrantes. Una responsabilidad crónica que no hemos podido descifrar con éxito.
Mauricio Farah Gebara*
* Secretario general de Servicios Administrativos del Senado y especialista en derechos humanos.
@mfarahg