El Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños que desde hace 15 años se conmemora cada 23 de septiembre es una extraordinaria oportunidad para reflexionar acerca de lo que podemos hacer, como individuos y como sociedad, a fin de contribuir a prevenir y combatir estos delitos.
¿Qué puede hacerse frente a una conducta que utiliza a las personas como mercancía y que se expande como industria que genera millonarias ganancias?
Parece una tarea ajena a nuestro alcance. No obstante, hay acciones que no lo están. Aquí expongo diez sugerencias para actuar en favor de las víctimas de trata.
1. Difundir y denunciar los mecanismos que usan los tratantes, su logística y su perversidad. Sensibilizar a la sociedad de lo que la trata significa en términos de vidas destrozadas, libertades maniatadas, padecimientos extremos y un incuantificable costo social.
2. Recabar testimonios de víctimas y de familiares. Dar a la luz testimonios es acercar a la conciencia de cada uno de nosotros el amargo sufrimiento de las personas explotadas.
3. Dar a conocer actitudes, acciones y medidas preventivas. Hay que decirle a las potenciales víctimas cómo actúan los tratantes y cómo sustraerse al riesgo de caer en sus redes.
4. Hacer ver a toda la comunidad que podemos ser parte o cómplice de las bandas dedicadas a la trata si callamos cuando conocemos de casos de explotación, consumimos el producto del trabajo forzoso y atendemos la oferta de los explotadores sexuales.
5. Hay que divulgar el marco legal con el que contamos para combatir la trata y a los tratantes. Que las grandes mayorías sepan que existe un delito degradante, que humilla a las personas y las explota, y que el Estado tiene un entramado jurídico para prevenir la trata, proteger a sus víctimas y castigar a los delincuentes.
6. Exigir al Estado un compromiso sostenido y eficaz contra la trata de personas y el cumplimiento de la ley en todos los casos.
7. Hacer saber a los delincuentes las sentencias a las que su delito los puede hacer acreedores.
8. Proteger a los nuestros, estar atentos a los indicios y señales que pueden alertarnos en casos o situaciones de riesgo.
9. Denunciar los casos de explotación de los que tengamos conocimiento.
10. Proponer políticas públicas para la prevención, el combate y la erradicación de la trata.
Podemos llevar a cabo una, dos o todas las acciones sugeridas. La suma de lo que hagamos sobrepasará la actuación de las bandas delincuenciales. Los tratantes, su ambición, su falta de conciencia y su capacidad criminal no pueden estar por encima de nuestra capacidad para hacerles frente.
Ninguna persona debe estar tan sola como para ser engañada o forzada para arrebatarla de su casa, su entorno familiar o de trabajo.
La fuerza de todos puede proteger a cada uno.
Para eso está el Estado. La conjunción de sociedad y gobierno puede poner freno a la trata por imposible que parezca.
La historia revela que el sometimiento de personas por parte de otras ha estado presente en todas las épocas, pero tenemos que ser capaces de revertir esta inercia. Si hoy el uso doloso de la tecnología, el anonimato de las grandes urbes y la vulnerabilidad de las pequeñas comunidades es un aliciente para los tratantes, la unión de todos puede hacer que tal aliento se convierta en inoperancia.
Es inaceptable que el engaño, la fuerza y la ambición delictiva estén por encima del derecho de las personas a su libertad, su libre desarrollo y su capacidad de elegir su destino.
Tenemos que acabar con la trata.
@mfarahg
Especialista en Derechos Humanos