Política

Coronavirus: muchas miradas y voces

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En tiempos del covid-19 es indispensable ampliar la mirada. Observar desde el mismo ángulo, día tras día, suele ser engañoso.

Cuidado: atentos a nuestro propio enfoque, ajenos a la perspectiva y los sentimientos de otros, podemos terminar ahogados de vacío, con la equivocada certeza de una visión sesgada.

El dolor. Y al paso de los días existen diversas percepciones, carencias, necesidades, vivencias, tragedias, sufrimientos, temores:

La hija que tiene miedo de llevar a la diálisis a su padre a una clínica del Issste porque teme que ambos se contagien, y que finalmente va porque simplemente lo tiene que hacer.

El hombre o la mujer de la tercera edad que cuenta sus últimas monedas porque ya van más de 50 días que no puede trabajar de empacador en el supermercado.

El que limpia parabrisas y que ahora, sin autos, se sienta en la orilla de la banqueta. “De todos modos, si llegan a pasar coches, no quieren bajar la ventanilla”.

La hija que llevó a su padre al hospital y ahora espera en la calle, con otras cincuenta personas, las novedades de una enfermedad que exige distancia para no multiplicarse e impone distancia para llevarse a solas a la víctima.

La paciente de cáncer que tenía programada una operación para marzo en el IMSS y se reprogramó para mayo. Hace unos días le dijeron que para junio, tal vez julio.

El empresario que ya no pudo pagar la quincena de sus ayudantes cuando abril terminó y que tuvo que cerrar su negocio, del que dependían más personas.

Y los muchos que batallan con su hambre y la de los suyos porque su forma de vida consiste en trabajar cada día para comer cada día.

En Tijuana, el niño Alexis y su hermana Itzel ponen sus juguetes sobre una mesa y colocan un letrero: “Cambio juguetes x despensa queremos ayudar a mi mamá”.

La muerte. Y mientras, aumentan los contagios y fallecimientos:

Un hombre cuenta a sus amigos en una videoconferencia: “Yo estaba cansado del encierro, muy molesto, hasta que empezaron los síntomas. Ya saben, la garganta, dolor de cabeza, debilidad, temperatura. No, si van a estar encerrados, póngale ganas. Ya con la enfermedad, aunque quieras estar bien, todo se va al carajo”.

Agobiada porque acaba de ver el cadáver de su hijo en una bolsa en el interior de un hospital, una señora grita: “Sabemos que el covid no existe. Aquí los están inyectando para matarlos”.

Los héroes. Y las muchas voces, las muchas historias del personal médico:

“No nos tienen que aplaudir y nadie necesita darnos flores. Solo déjennos hacer nuestro trabajo sin miedo a ser atacados”, dice a CNN la doctora Torres, especialista en oídos, nariz y garganta y que fue atacada con cloro.

En una manifestación de profesionales de la salud una enfermera porta una cartulina con legítima autoridad: “Lucho por ti y por mi vida. Quédate en casa”. Y otra: “Saliendo del hospital, yo también quiero abrazar a mis hijos”.

Un médico le dice a su jefa en un hospital: “Entre usted con nosotros, venga al área, así como está vestida, así como entramos nosotros”.

Generosa, sin reflectores, Margarita Hernández, enfermera en Tijuana, recibe y entrega un promedio de 40 cartas de ida y vuelta entre pacientes y familiares.

Un hombre de uniforme médico se derrumba en un rincón del hospital. Tensiones extremas, acumuladas, crecientes. Uno de sus compañeros se acerca e intenta consolarlo. No solo es que ya padecía el síndrome del agotamiento: es que le acaban de avisar que su mamá, con la que vive, ha dado positivo.

Vamos a salir, desde luego, pero si no entendemos lo que está pasando, la profundidad y la diversidad de las crisis, así como sus implicaciones sociales, económicas y emocionales, va a ser más difícil.

*Secretario general de Servicios Administrativos del Senado y especialista en derechos humanos. Twiter: @mfarahg

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Mauricio Farah Gebara
  • Mauricio Farah Gebara
  • Especialista en derechos humanos.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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