El ambiente de lo intolerable depende siempre del silencio de quienes hacen permisibles las tropelías al ignorarlas. Voces que, al callar, creen proteger lo que consideran un bien mayor. Funcionarios que en privado repudian los dichos de la intolerancia y no dan cuenta del daño que alimentan al no hacer público su rechazo. Jueces selectivos de lo que consideran noticia y se escudan en la simpleza para ver a la crítica como ausencia de información.
Nos acostumbramos a restarle importancia a lo que la tiene, a permitir que aquello sin efectos directos anuncie los saldos indirectos de la insensatez. Justificamos lo que el tiempo enseñó que no debía franquearse. La perorata que supone estar exenta de consecuencias hasta que alguien las paga. Algo en la literatura pudo mostrarle al lector convertido en funcionario. No sólo renunció a los significados del lenguaje, se embriagó con los favores del poder pequeño y convirtió en un burócrata prepotente que no dimensiona lo que espetó.
La retórica de la expulsión es tan frecuente en este país que Paco Ignacio Taibo II se sumó sin reproche masivo al espíritu de cadenero nacional. La carga histórica en su invitación al exilio delos críticos solo pudo ser más deleznable al recurrir, como lo hizo, a la abstracción inasible de la patria que no amó Pacheco. Exhibió la ignorancia de quien sólo entiende a la ciudadanía como habitación de la ciudad. Funcionario de una sola acepción para quien no existe la concepción filosófica del ciudadano. Tampoco ante la ley. Mostró su olvido a los peores momentos de demencia colectiva que presenció la humanidad.
No hay República decente sin ciudadanos y hay mucha patria cuando se depende de la indecencia. Es rupestre quien amenaza con intención jocosa y ve burlas pendencieras entre la inteligencia del humor.
La patria es un espacio emocional que no debe sustituir las garantías del Estado. Se ha usado su figura para la barbarie al punto en que conviene dejarla para los desfiles y excluirla de la declaración filial.
La patria es una épica que no pide ciudadanos y a menudo es usada contra ellos. A los ciudadanos los pide el Estado. La única forma de zanjar la brecha es darle el valor a la palabra.
@_Maruan