Con una misa solemne en la parroquia de La Purísima en el barrio de El Coecillo, el pasado miércoles se conmemoró el 97 aniversario luctuoso de los Mártires de La Brisa, en León; seis jóvenes militantes de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) que decidieron formar parte de la resistencia a la Ley Calles que limitaba la libertad religiosa en México.
Al concluir la celebración religiosa, ya caída la noche, varias decenas de personas hicieron el recorrido hacia el monumento que se encuentra en la calle Palo Cuarto, casi esquina con Cruz de Cantera, para elevar unas plegarias por el descanso de los defensores de la fe católica en nuestra ciudad.
Aunque el monumento no es el sitio exacto donde fueron fusilados por el ejército federal tras ser sometidos a tratos crueles e inhumanos -ya que el predio ahora es una casa particular- la Cruz de madera bajo un blanco tejaban a un lado de una columna que se erige a varios metros de ahí queda como símbolo de la fe de estos leoneses que entregaron su vida por defender sus ideales.
Tras una representación escénica titulada Los profetas de la Esperanza, se pasó lista a José Valencia, Nicolás Navarro, Salvador Vargas, Ezequiel Gómez, José Gasca y Agustín Ríos. Algunos descendientes y vecinos de la zona organizaron una ofrenda floral y una simbólica poesía coral, para concluir con cantos propios de la época cristera.
En una época convulsa y difícil, inspirados por la Doctrina Social Cristiana, estos y otros leoneses se propusieron permear con el mensaje evangélico las realidades temporales de aquellos años. Llegado el momento, algunos de ellos optaron por la lucha armada.
Ahora se puede disfrutar relativamente de mayor libertad religiosa, aunque no ciertamente está exenta de sus amenazas. Sirva la efeméride para un llamado a la reflexión sobre la valía de su ejemplo y los desafíos actuales, a poco de cumplirse un siglo de la lucha cristera en nuestra ciudad.
