Las escenas se repiten con cierta regularidad y quedan registradas en videos de las consolas de los tráilers que circulan por las carreteras del estado. A grandes rasgos, la pesada unidad avanza por algún tramo carretero cuando de pronto vehículos robustos o camionetas les cierran el paso, y de inmediato descienden sujetos armados quienes amagan e incluso disparan contra los operadores para,,en el mejor de los casos despojarlos de las unidades y abandonarles, o bien, someterlos para huir con todo y conductor y, por supuesto, millones de pesos en mercancías diversas contenidas en las cajas de los tráilers. Cuando se llegan a recuperar unidades y productos, y rescatar a los operadores, es gracias a labores de inteligencia de las autoridades y en no pocas ocasiones guíados por los geolocalizadores satelitales. Casi siempre es una bodega en la periferia de las ciudades, y llama la atención que en cuestión de pocas horas la mercancía es desplazada en mercados y tianguis de la economía informal.
Ciertamente en días recientes se ha anunciado el desmantelamiento de la que parece ser la célula delictiva más importante dedicada al robo al autotransporte en el Bajío, con operaciones y ramificaciones en diversos municipios del corredor industrial, pero no solo en el estado de Guanajuato, sino también en entidades vecinas.
Por supuesto que no operarían impunemente y con tan alta incidencia en sus crímenes si no fuera por la colusión, se ha informado, con personal que laboró en las propias corporaciones municipales, y no se descarta participación también de elementos activos tanto de los diversos municipios como de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, o de la Guardia Nacional.
Los detalles, están por corroborarse una vez que los presuntos responsables, autores materiales como intelectuales, sean llevados ante un juez.
Indigna el hecho de que malos elementos policiacos contribuyan a la red de complicidades que posibilita el robo al autotransporte; sin embargo, la parte de la cadena de corrupción que menos se señala, y que es a la vez la que más importa, pues sin ella no tendría sentido toda la empresa criminal, es la del consumidor final. Aquellas personas que, al comprar robado, con su dinero aceitan toda la maquinaria de corrupción.