Acaso precursor accidental de esta época, en la que todo aquello que sea relevante decir debe caber en 140 caracteres o menos, el género poético japonés conocido como “haiku” ha logrado abrir, desde el siglo VIII, no solo puertas y ventanas, sino mundos enteros a quienes se dejen llevar por él. Sus 17 sílabas, arregladas en líneas de cinco, siete y cinco, condensan sorpresa o asombro, sonrisa o emoción.
“El haiku mexicano es la venganza contra el tequila japonés”, escribe Eduardo Casar en el prólogo del libro 600 haikus; agudezas en verso, de Carlos López Moctezuma, de cuya autoría se extraen los siguientes haikus relacionados así sea como carambola de muchas bandas con el reciente proceso electoral.
“No aparezco / en televisión, o sea / que no existo.
“En política / todo se vale incluso / tener la razón.
“Feliz encuentro: / mi arrepentimiento / con tu perdón.
“No voté por ti / te odio realidad o / cambias o me voy.
“Sufrí para / encontrarte, ahora / sufro para perderte.
“Ante los chismes / de la prensa, Dios se / lava las manos.
“Escribo con lápiz / para desdecirme sin / dejar huella.
“Desconfía de las / dádivas también tienen / su precio.
“El gobernante / olvida que también es / un gobernado.
“Que los gobiernos / no se alcen sobre los / hombros del gobernado.
“El paraíso / sigue buscando al / hombre perdido.
“El porvenir no / llega porque lo atan / nuestras promesas.
“Tememos a los / locos porque tememos / que tengan razón.
“La política / es una, como Dios y / como la poesía.
“Cuando el honor / se pierde, la batalla / es causa perdida.
“De qué sirve que / el mundo sea redondo / si somos cuadrados.
“Cada quien con su / propio infierno al mío / se le acabó el gas.
“Tiene lógica / la política: dos más / dos son cinco.
“Entre todas las / mieles la más dulce / es la del triunfo.
“La historia es / el pariente lejano / de la realidad.
“A cada quien lo / suyo. Protesto, a mí / alguien me debe.
“Qué puedo hacer / si dormido sigo viendo / la televisión.
“Si salgo vivo de / esta vida moriré / de eternidad.
“La plaza pública / la ocupan todos / menos el pueblo.
“No sé por qué / hablo tanto de mí si / ni me conozco.
En fin. Campañas electorales escritas en haikus serían más que bienvenidas, por su recurso literario tanto como por su brevedad.