Sociedad

Del meme al voto

  • Cable a tierra
  • Del meme al voto
  • Marcela Moreno Casas

Cuando el concepto de que “el no ir a votar es también un derecho ciudadano” se convierte en una “verdad” para muchos mexicanos, no dejo de pensar en las risotadas que tal concepto debe provocar en los políticos adheridos a los partidos. Mientras menos gente decide en las urnas, la partidocracia crece y crece y crece.

Es curiosa la fórmula, pero en redes sociales las críticas se multiplican al cuadrado con ideas muy folclóricas: llenas de memes, donde se denosta a priistas, panistas, perredistas, morenos y toda la fauna que se acumule, como si con esos cuadros cómicos –liberadores para quienes los inventan- el precio de la gasolina bajara, el bache se tapara o Lolita se apiadara de los contribuyentes que “trabajan” casi para lavar su honor con Hacienda.

Lejos de las risotadas, del comparto- luego existo en Facebook y de la depresión que causa el saber que nada cambia a pesar del meme, los ciudadanos mayores de 18 años empadronados y con credencial para votar tienen qué entender que si no votan, otros sí lo hacen.

Las estructuras regordetas de los partidos políticos, esas sí votan y llevan al triunfo a ciudadanos de dudosa capacidad intelectual a representarlos en cabildos, congresos, gobiernos estatales y hasta en la Presidencia de la República. Entiendo la postura de@R_Smith o señor González que en Twitter me dijo cuando me molesté por el alto porcentaje de gente que no votó en Gómez Palacio: “te recuerdo que el no ir a votar es también un derecho ciudadano.

Nadie puede obligarte a nada”. Cuando te casas con una idea similar, olvidas un pequeñísimo detalle: los partidos políticos sí obligan a sus militantes a votar, ¿les suena el voto corporativo? ¿De qué manera se puede hacer contrapeso a eso? Pues acudiendo a votar por otras alternativas. Entre comentario y comentario quedó clara una cosa: no hay mucha democracia cuando votas por el menos peor de los aspirantes, a sabiendas de que esos representantes ya fueron electos al interior de sus partidos políticos por una minoría que también anda perdida entre datos duros de encuestas.

¿Quién evalúa la trayectoria política de los aspirantes? ¿Cómo viven? ¿Si son congruentes con lo que expresan? ¿Si fueron buenos estudiantes? ¿Si viven en un ambiente familiar armonioso? ¿Si son revanchistas? ¿Si son hombres y mujeres ocupados en resolver? ¿Si construyen? Más que impulsar al no voto, pensemos más en acompañar a los partidos en la designación de sus candidatos, antes de, no luego. Ya para qué.


@marmor68

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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