De la nada, como si fuera un acto de magia, Julian Assange apareció en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador. Y digo apareció no porque estuviera allí físicamente, sino porque sin decir agua va, el presidente de México dijo que su gobierno ofrece asilo político a uno de los personajes más buscados por Estados Unidos.
Lo de AMLO sorprendió porque de veras nadie esperaba esta jugada. Ofrecer asilo político al hacker y divulgador de los secretos de Estados Unidos es simple y llanamente una provocación hacia nuestros vecinos del norte.
Assange acaba de ganar un juicio en el Reino Unido contra la extradición que busca Estados Unidos desde hace muchísimos años, lo que le permite sentirse relativamente tranquilo. Pero de allí a venir a México, no creo que le guste mucho.
De hecho, no creo que el hacker venga alguna vez a nuestra nación. Su vida está en Europa, de donde es originario y donde siempre se ha movido bajo la protección de grupos defensores de la libertad de expresión y del respeto a los derechos humanos.
Lo que hizo entonces el presidente mexicano fue solo una provocación. O una distracción (y aquí me tienen escribiendo sobre ello). No se necesita una maestría en relaciones diplomáticas para darse cuenta de que a Estados Unidos la mera mención del interés por dar asilo a Assange, es como darles a los vecinos una patada en el trasero. La noticia no pasó desapercibida, y casi de inmediato llegó a los medios de comunicación de aquel país. Es seguro que hoy mismo haya reacciones negativas por parte de autoridades y congresistas estadounidenses. ¿Qué gana México con ello? Nada. A lo mucho simpatía entre los seguidores de Assange, y un gesto de aprobación de Evo Morales, quien dio refugio a Assange por años en la embajada boliviana en el Reino Unido.
¿Quiere AMLO tensar la relación de México con Estados Unidos antes de que Biden asuma? Parece que sí. De esa manera Biden tendría que negociar con AMLO el desmontar medidas como lo del asilo, las leyes de seguridad que restringen a Estados Unidos, y la relación con países rivales de Estados Unidos.
Julian Assange nunca pisará México, pero será llave de cambio de una estrategia arriesgada de la 4T.
Twitter: @baezamanuel
