La Suprema Corte de Justicia de México declaró inconstitucional que la ley penalice el aborto. Lo hizo ayer, y lo hizo por unanimidad en sus diez votos. Véase desde el punto de vista que sea, la decisión es histórica. El fallo es por un recurso interpuesto en Coahuila, pero, al votarse así, ahora todos los estados que penalizaban el aborto deberán modificar sus leyes; no hay vuelta de hoja.
En lo personal esperaba un debate más intenso en la sociedad, pero no ocurrió así. Tal vez muchos lo veían venir, y era sólo cuestión de tiempo tras el empuje de tantos años de un sector de los mexicanos que consideraba indispensable una decisión de esa naturaleza.
En lo personal estoy en contra del aborto cuando se utiliza como un método de planificación familiar. Me parece que deberíamos dedicar aún más esfuerzo a impulsar la planificación del embarazo, o a las medidas para evitar la concepción no deseada. El aborto me parece una opción que corta una vida, y que lastima a la madre.
Pero me queda claro que la decisión de la SCJN simplemente abre la posibilidad a quien quiera interrumpir su embarazo de manera consciente, y que no obliga a nadie a abortar. Es simple, aunque a veces no se piense así.
Habiendo vivido una buena parte de mi vida en tres estados del país (y no incluyo a la CDMX), me queda claro que muchas personas que decidieron abortar lo hicieron en la Ciudad de México, donde se permite desde hace trece años (2008). Pero no todas las mujeres tenían la posibilidad de viajar a la capital del país a interrumpir su embarazo, y terminaban haciéndolo de manera clandestina en sus lugares de origen.
Lo interesante ahora será ver cómo ocurren los cambios legales en los estados que aún castigan el aborto; y también la posibilidad de medir, ahora sí, con los números en la mano, el número de interrupciones legales del embarazo en todo el país.
La decisión de la SCJN no cambiará mi punto de vista sobre el tema; pero me queda claro que debo respetar la decisión de muchas otras y otros. Insisto: más planificación; menos abortos. Y sí, somos testigos de los cambios que vive la sociedad.
Twitter: @baezamanuel
