Entre las cosas que guarda el arquitecto Benavides hay un pequeño ensayo de José Ángel Conchello llamado El TLC: un callejón sin salida, escrito en 1992, poco antes de la firma del tratado.
Solo por curiosidad le pedí el libro prestado. Y por eso mismo lo leí y lo reseño ahora, justo cuando el TLC está amenazado de muerte.
¿Qué razones esgrimían quienes se oponían al TLC antes de su firma? En el caso de Conchello, jefe nacional panista, candidato a gobernador por Nuevo León, diputado y senador, conservador muerto en un accidente automovilístico en 1998, hubo tres razones que me parecen, entre otras, destacables.
A la primera le podríamos llamar la desigualdad interminable. “Al descansar la competitividad de nuestro país en la mano de obra barata se nos está condenando a mantener definitivamente esta ventaja comparativa”, dice Conchello. “Si la mano de obra es la mejor carta que tienen los negociadores mexicanos, la situación del tratado, desde el punto de vista obrero, es un callejón sin salida”.
La segunda razón era la moda de la modernidad. Continúa Conchello: “A partir de que se anunció el propósito de perpetrar un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y México, se desató una epidemia de palabras clave que eran desayuno, comida y cena de todos los hombres prominentes. Se excedieron en el uso de términos como modernidad, apertura, globalización, excelencia, cambio, liderazgo, rentabilidad, superación y competitividad... y quien no los utiliza está fuera de tiempo y lugar”.
La tercera: la tecnología sin medida. “Por absurdo que parezca, uno de los elementos que más ha contribuido al establecimiento de la economía dual en los países pobres –una de miseria y otra de opulencia– ha sido una técnica de producción avanzada, elevada inversión por obrero, personal altamente calificado, excesivo consumo de energía.
“Si se continúa utilizando solamente esa técnica avanzada, simplemente por ser la más moderna, se harán más graves el rezago y la excesiva concentración y no se logrará incorporar a los sectores marginados”.