Derrota que comienza a cimentar la eliminación del Santos en este torneo.
Posibilidades matemáticas existen, claro está, pero el Santos parece que ya se cansó de intentarlo, o ya no encontró las maneras para lograrlo.
La empresa es ya muy cuesta arriba y son varios los equipos que espiran a meterse en ese Play In.
Atlas (13 puntos), San Luis (13), Mazatlán (15) y el Santos (15 puntos) son los más próximos a poder arañar algo al final.
Arriba del Santos está el León y tiene 20 puntos (León está del otro lado).
Parece que la lucha por acceder (de panzazo) estará entre esos equipos: Santos, Atlas, San Luis y Mazatlán.
Quedan solamente dos jornadas y parece que el Santos comienza a ondear el pañuelo desde el andén del barco mientras se despide de sus aficionados con un fracaso más sobre sus espaldas.
Nacho Ambriz declaró que hay una buena base de jóvenes y que para el próximo torneo se puede hacer algo mejor.
Parece que él mismo ha hecho un acto de introspección y se ha dado cuenta que ya todo está perdido.
Es claro que el Santos luchará hasta el final, pero el efecto Ambriz parece que alcanzó su punto culminante en aquel partido ante Cruz Azul.
De ahí en adelante, el equipo ya no logró despegar. Ante América hizo un gran esfuerzo y no desmereció, pero América debió haber ganado ese día de la invasión americanista en el TSM.
Ante Necaxa el Santos nos aburrió, como hacía muchos partidos no sucedía.
Se vio algo impotente (o muy impotente) y no supo resolver circunstancias ni en ofensiva ni en defensiva.
Porque enfrente tuvo a un buen Necaxa que ha asimilado bien la idea de Fentanes; su equipo juega muy bien por momentos y se ha trepado a un muy respetable quinto lugar, que lo pone solamente a 2 puntos de los 4 primeros puestos de la tabla.
Necaxa juega bien y ya ha dado varios sustos y sorpresas a varios equipos supuestamente superiores a ellos.
Pero algo se debe rescatar, porque desde la llegada de Ambriz, el Santos ganó sobre todo en orden y en actitud.
Se notó la mano de Ambriz porque el Santos ya mostró cuadratura y logró jugar bien, dentro de sus posibilidades, en algunos partidos.
El presente es algo triste, pero el futuro puede pintar para algo interesante.
Como ya lo escribí anteriormente: a Nacho hay que tenerle paciencia.
El próximo torneo está prohibido fallar.
