Carlos Loret de Mola precisa en su artículo del Washington Post publicado hace cuatro días, que los primeros mil días del gobierno de AMLO han sido puras “palabras en torno a una causa sin contenido alguno”.
La pregunta inmediata es la siguiente: sí AMLO es un demagogo con una causa divorciada de la realidad, ¿cómo entender al 62% de los mexicanos que aprueba su gestión presidencial contra un 34% que la desprueba (Oraculus: 31-08-2021)?
Estas son algunas de las hipótesis que podrían explicar de manera combinada el fenómeno de sostener con puras palabras una realidad que las niega a cada instante: lo cual, justo es decirlo, no es poca cosa.
Pensemos: AMLO tiene la capacidad de eliminar del cerebro del 62% de los mexicanos -informados o no- realidades flagrantes que impactan en su vida cotidiana como el decrecimiento de la economía; las altas tasas de desempleo; la desinversión pública y privada; el incremento en el costo de la vida; el aumento de la pobreza; el pésimo manejo de la pandemia; el crecimiento territorial y armado de los grupos criminales con la subida de homicidios dolosos, secuestros, desapariciones forzadas, etcétera; y la creciente violencia contra la mujer.
Recordemos: “AMLO miente o da datos inexactos 88 veces por cada Mañanera; al mes de julio, llevaba 56 mil 181…” mentiras completas o a medias.
¿Qué hipótesis nos ayudarían a explicar el fenómeno AMLO, sostenido en las puras palabras y no en los hechos?
Hipótesis emocional: “ Cómo mexicano estoy urgido por creer en la posibilidad de ser parte de un modelo de desarrollo económico del cual he sido marginado por décadas.
Los errores de AMLO -me queda claro- son reacciones de un Sistema que no quiere integrarme para tener un futuro mejor”.
Hipótesis nostálgica: “Prefiero refugiarme en el pasado -de corte autoritario- porque ahí encuentro mayor certidumbre y seguridad que en el mundo llamado democrático tan azaroso e impredecible.
Un presidente fuerte, paternalista y huevudo -como los priistas del pasado- me protege y cuida mejor, pienso yo”.
Hipótesis religiosa: “Soy católico y como tal, creo en AMLO como el Mesías que me redimirá de mi pobreza y desesperanza.
Cada presidente -con excepción del Tata Lázaro Cárdenas- generó en mi esa ilusión, pero el resto me defraudó. Hasta que llegó AMLO”.
Hipótesis nacionalista: “¿Cuál pinche globalización? El petróleo, la energía, la tierra y el agua son nuestras.
Rechazamos la intervención extranjera sobre esos bienes que nos pertenecen. Primero México. Luego, los demás”.
Hipótesis revanchista: “Pinches prianistas robaron hasta hartarse con los ricotes del país y nunca les hicieron nada.
Ahora que se jodan. AMLO -modesto y austero- es mi abanderado para hacer justicia, -los meta a la cárcel- y acabe con la corrupción e impunidad en mi país”.
Hipótesis racista y clasista: “AMLO me lleva de la mano para recordarme mis raíces -indígenas y populares- y sentirme orgulloso de ellas.
Soy distinto a los mestizos y blancos mexicanos, clasemedieros y ricos.
Esa es mi identidad y sobre ella descansa el poder político de nuestro presidente.
Él y nosotros somos uno. Y el resto (incluidos los gachupines) se chinga”.
Hipótesis pobrista y clientelar: “Nunca había existido con excepción de Lázaro Cárdenas- un presidente tan comprometido con nosotros los pobres.
AMLO nos hace sentir esa cercanía mediante sus programas sociales y las transferencias económicas directas (por un total de 447 mil millones de pesos). ¿Cómo no votar por él?”.
Hipótesis comunicacional: “Me gusta como AMLO me habla cada mañana en La Mañanera. Es como si fuéramos amigos y compartiéramos el desayuno en mi casa.
Siento que me habla a mi; con mis palabras y mi forma de sentir y pensar.
Me siento comprendido por él. Sin duda, AMLO es distinto a los otros presidentes del pasado; alejados y distantes de todos nosotros.
Él realmente quiere el bien de los mexicanos y, en particular, de los más jodidos como yo”.
Hipótesis propagandista: “La Mañanera, el manejo oficialista de los medios de comunicación -Canales 11 y 22, Notimex, Instituto Mexicano de la Radio, el ejército de Bots en redes sociales y los editorialistas infiltrados en medios nacionales han probado ser eficientes y eficaces para repetir mentiras y convertirlas en verdades a fuerza de machacarlas una y otra vez”.
Hipótesis fatalista: “Quizá AMLO tenga o cometa errores en la conducción del país, pero lo prefiero sobre cualquier panista o priista que siempre me ignoró. Igual nos va de la chingada con AMLO, pero nunca me irá peor de cómo me fue a mi y a mis ancestros con el PAN y el PRI”.
La explicación del apoyo fanatizado por AMLO -y la transexenalidad de la 4T- está en la combinación de estas diez hipótesis; las cuales, a pesar de tener un alto contenido visceral y emocional, poseen, también, un contenido real y material sedimentado a lo largo de tiempos generacionales entre la mayoría de los mexicanos.
¿Qué candidato de oposición podrá enfrentar y superar en 2024, ese imaginario colectivo amloista -tan entrañablemente arraigado- entre la mayoría de los mexicanos?
El periódico Reforma publicó ayer: el 57% de los mexicanos le apuesta a un candidato presidencial que de continuidad transexenal al proyecto de AMLO.
Lo dicho: con AMLO o sin él- la 4T llegó para quedarse. ¿O, no?