Política

Son tiempos de reflexión

Hay que meditar, no solo vacacionar.

Uno de los más serios problemas sociopolíticos y de la naturaleza humana actual es que no ha encontrado su ruta para llegar a la autosatisfacción y así gozar fragmentos de la felicidad, que es una musa escondida, que frecuentemente no tenemos y que es necesario buscarla, encontrarla, gozarla en sus fragmentos y saber adaptarse a las adversidades.

Todo mundo habla de política, finanzas, intereses creados y nadie promueve la reflexión y la meditación de la vida personal, y de aquella donde nos toca convivir con otros y que se convierte en nuestro entorno y en nuestra vida social, que forma parte muy importante del desarrollo existencial de un ser humano.

En esta época la gente toma vacaciones, pero nadie recuerda que todas las religiones tienen una época de reflexión y de meditación, esta última sublimada a los monjes tibetanos que, como muchos, científicamente se ha encontrado que la meditación puede generar autocrítica, nuevos proyectos y además cierto grado de felicidad, que es el antídoto contra todo el materialismo histórico y la cultura de la comunicación, así como el enojo que caracteriza a la época actual, en donde se contradicen unos con los otros y nadie recuerda que hay que dedicarle un tiempo a la meditación.

Yo soy médico y no me impresionan las cosas etéreas, pero está bien documentado que meditar 15 minutos al día cambia mucho nuestra biología, porque poniendo nuestros pulmones como nuestro punto de reflexión, y respirando gradualmente y profundamente, sobre todo en la exhalación, se acaba el estrés, que ha resultado ser un síndrome que describió el doctor Hans Selye y que forma parte de todas nuestras problemáticas y conflictos que generan ansiedad y depresión, y después necesidad de drogadicción, iniciada esta última con el cigarro y con el alcohol.

Yo no soy un religioso pero, como lo dicen en muchas religiones, sí creo que existe un más allá que, como dijo el filósofo francés Blaise Pascal, no vaya a ser cierto y allá recogeremos los restos de lo que amamos aquí en este cosmos y de lo que producimos, dando a los demás y no solo recibiendo.

Este tema va más allá de la discusión convencional, pero es fundamental en el desarrollo de la vida personal y del encuentro social que tenemos frecuentemente. Esto justifica un estudio que está en YouTube, que hizo un investigador de Harvard durante muchos años y que trata sobre qué era lo que influía más para ser feliz. Este personaje, después de más de 50 años, sintetizó los resultados mostrando que la genética era muy importante y que representaba más del 40% del encuentro del ser con él mismo. Pero el resto se distribuía en un 30% de lo que habíamos dado y amado en el devenir de nuestra existencia, y no lo que habíamos recibido, ni tampoco los logros económicos y los triunfos personales, que representaban solamente el 20% de dicha información obtenida a lo largo de muchos años.

Descartes: Pienso, luego existo… Para lograr las pizcas de felicidad que nos da la vida, hay que meditar, lo cual es muy fácil y puede aprenderse en cualquier manual. Pero hay que practicar la meditación cotidianamente para echar a andar la parte amorosa de nuestra existencia, que es la que nos puede aportar, sobre todo en esta época religiosa por naturaleza, el cumplirle al Señor; que mucha gente dice que no existe, pero debería existir. Porque si no: ¿para qué vivimos?

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Luis Eugenio Todd
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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