Buena actitud de la secretaria.
Dado que todavía no se enviaban las normas y programas correspondientes, como marca la Ley General de Educación, además de que no ha habido consulta, la secretaria de Educación de Nuevo León rechazó la distribución de los llamados libros de texto, considerando que no son legales.
Este tema de los libros de texto rechazados ya se ha hecho extensivo a muchos estados, pues no se puede jugar con el futuro de nuestros hijos, porque los libros de texto siempre han representado la biblioteca de la familia mexicana y no tienen concepción ideológica, porque la ciencia, las matemáticas, el arte de escribir y todo lo que la educación representa, está basado en la discusión dialéctica para encontrar el conocimiento y eso no tiene ninguna ideología.
Y como la ciencia y el arte son libres, no podemos encajonar a los libros con idearios que en otros países han generado múltiples subdesarrollos educativos, científicos, tecnológicos y falta de incorporación a la sociedad nueva que estamos viviendo con las redes sociales.
Este tema sí se presta a discusión, porque los que tenemos hijos queremos cuidarlos y la temática de estos llamados libros de texto destruye muchos conceptos y los encauza a determinados idearios.
Los libros, entonces, deben tener una estructura que proteja los valores morales y éticos, así como la infraestructura suficiente para el aprendizaje de las matemáticas, de la lectoescritura y de las ciencias y artes.
De ahí que no entiendo por qué queremos estar peor, infiltrando ideas extrañas producto de un personaje y su asesor venezolano que han generado que hasta un subsecretario preconice el comunismo como método de gobierno, cuando la democracia, con todos sus defectos, ha producido progreso. Y ahora estamos en una época de libre pensamiento y la unión basada en las diferencias y no en la uniformidad que marque un ideario o un funcionario público.
Descartes: Pienso, luego existo… Felicito a la secretaria de Educación por su valor cívico y educativo, pues ya sabemos que hay una tendencia nacional que llega al absurdo de decir que el pueblo escoja, como si la educación fuera susceptible de votación entre un proyecto u otro. Ojalá despierte la conciencia nacional.
