Él es un activista; tenemos que hacerlo estadista.
Las frases antes descritas no son enteramente mías, sino vienen de la gran revista The Economist, que hace un análisis muy sintético del primer año que celebró AMLO en el Zócalo y señala que tiene un alto respaldo popular por sus promesas, pero que la clase media, al no tener resultados inmediatos de empleo y de crecimiento económico, lo va a abandonar.
También señala que AMLO quiere cambiar la Constitución y está esperando las elecciones parlamentarias para lograr mayoría absoluta en el Congreso y hacer cambios radicales; y sigue una política neoliberal, aunque la critica. Lo único que ha cambiado es que Prospera, institución que había tenido éxito, ahora entrega individualmente, pero al mismo tiempo se han cerrado otros apoyos sociales como las guarderías; y la violencia e inseguridad resurgen rápidamente.
Un personaje inteligente dentro del régimen señala que hay que educar a AMLO como niño de escuela, poco a poco, para que de activista se convierta en estadista, es decir, que no vea las próximas elecciones, sino las próximas generaciones.
Descartes: Pienso, luego existo… No es mala tesis. El problema es que la educación es un binomio y si el alumno no quiere, el maestro no puede forzarlo.