Esa tesis ya es muy vieja.
Recientemente, en el Congreso del Estado se hicieron reformas al Código Penal relacionadas con una opción natural, la llamada legítima defensa, que implica que en caso de un riesgo personal o familiar, sobre todo en el hogar, las personas tienen derecho a defenderse y a no ser sujetas a culpa jurídica alguna por ese hecho.
En algunos estados demasiado conservadores de la Unión Americana como California, se ha anulado esa legítima defensa utilizando argumentos muy complejos y difíciles de probar, dado que históricamente, reitero, y desde la época de los duelos y las monarquías, una persona podía defenderse si estaba en riesgo su vida, aunque al hacerlo se perdiera la vida de los agresores.
En Nuevo León existe una ley, aprobada desde hace muchos años, que prevé este hecho y así ha funcionado a juicio del juez, en donde se respeta el derecho a la privacidad y la defensa de los intereses morales y personales fundamentales de una familia; sin embargo, a la ley se agregaron algunas frases o palabras que fortalecen lo anteriormente descrito, pero no lo mejoran sustancialmente, según opinión de algunos amigos míos, juristas expertos.
Tal vez la novedad es que alguien mencionó, y eso ha hecho mucho daño internacional al estado y al país, que en México se puede estar armado para defenderse de cualesquier agresión, y eso nos regresa a la vieja imagen del pendenciero charro mexicano que peleaba en las cantinas a la menor agresión y que se asemejaba a los cowboys norteamericanos del sur que "conquistaron el oeste".
Creo que deben dejar las cosas como están y tener mucho cuidado con la imagen internacional, porque bastantes años nos costó quitarnos la imagen de peleoneros y empistolados, como se nos calificaba en muchos países del orbe.