Actualmente hay dificultades en la agricultura porque algún consejero ignorante le comentó al Presidente que los transgénicos hacían daño y entonces se actuó con ignorancia protegiendo la salud.
Eso produjo problemas con los EUA y Canadá, porque son exportadores de maíz transgénico, y lo han venido haciendo muchos años, ya que nuestro país no es capaz de producir lo que consume. Lo mismo sucedió con el glifosato, herbicida que sí tiene sustancias químicas que alimentan el crecimiento rápido de los productos agrícolas, pero en la mayor parte de los países del mundo se usa porque se valora el costo-beneficio.
Tanto el glifosato como los transgénicos han evitado la desnutrición maligna, que afectaba anualmente a más de mil millones de jóvenes y niños antes de que se supiera científicamente que no hacen daño, sino que son parte de la transformación normal en la adaptación de las semillas a los diversos cambios ambientales.
Hace 20 años el gobernador Natividad González Parás apoyaba nuestros congresos de biotecnología, dedicando todo un día a ese tema con invitados de Israel, Francia, las NU y hasta de Monsanto, la gran empresa que producía transgenicidad, para bajar sus precios, disminuyendo la desnutrición, con granos básicos: maíz, arroz, etcétera.
Recuerdo que todos los que vinieron a hablar de los transgénicos, al final concluyeron que no había ninguna prueba científica que demostrara que los transgénicos hacían daño. Y del glifosato, que había que valorar las ventajas del crecimiento rápido, con algunos efectos mucho menos tóxicos que los de la contaminación ambiental.
Actualmente no se le ha hecho caso a la ciencia, sino solamente a la política, que se hizo al principio de este régimen, de que se prohibía la transgenicidad, como si esto fuera posible, pues es un fenómeno natural y eso enfureció a los productores americanos y canadienses que exportan 40% del maíz que nosotros utilizamos.
Estoy preocupado porque estando dos países en contra, México va a perder, porque los norteamericanos tienen una ciencia de excelencia y pueden documentar, y los mexicanos que saben de eso también documentan, que no hay efecto dañino con la transgenicidad. Espero que no perdamos dinero del pueblo.
Descartes: Pienso, luego existo… La política debe depender de la ciencia.