Esto afectó psicológica y físicamente a nuestros niños.
Ahora hay muchos problemas nacionales y el último es que se incorporará la Guardia Nacional al Ejército y ahora tendremos militarizado el país. Pero lo que preocupa es el tema de que durante el régimen de la señora Delfina Gómez, 1 millón 300 mil niños dejaron las escuelas con motivo de la pandemia y se redujo el 10% el presupuesto para la educación de mayores, así como para otros rubros, alterándose totalmente el currículo y los objetivos del sistema educativo nacional, así como el resurgimiento del bullying.
El bullying siempre ha existido en las escuelas, con burlas, risas, algunos golpes esporádicos, pero hoy ha llegado a ser tan peligroso que en Querétaro se incendió a un estudiante otomí, con quemaduras de tercer grado, que hablaba mal el español y en otras partes del país se reportan daños a niños por el sistema de exclusión, ya sea por el color de su piel o por sus antecedentes indígenas.
O sea, estamos convirtiendo a México en un país xenofóbico que a través del bullying está destruyendo el alma de los niños, que deben entender que la educación es para formarlos integralmente, generando en ellos el sentido de los valores morales y reforzar sus matemáticas, su lectoescritura; que conozcan los avances en la informática, que sepan hablar en inglés y, sobre todo, que tengan paz.
A mí me pareció horrible ver a ese niño con quemaduras de tercer grado. Y la escuela ni se menciona, ni a los maestros, ni a la directora, y la Secretaría de Educación ahorita está en proceso de reforma, otra vez, pues se cambia a Delfina, la secretaria que ahora será candidata al Estado de México. En fin, el bullying es un ejemplo del desastre educativo inmoral de nuestra sociedad.
Ver a ese niño ardiendo, saber sobre los casamientos forzados de niñas, observar que hay pistolas en las escuelas, saber que en la niñez se están acentuando los problemas psicológicos derivados de la pandemia y ver con pasividad la enorme deserción escolar de 1 millón 300 mil alumnos, que la quieren abatir reduciendo la calidad con un 6, en lugar de un 7, y que obviamente los investigadores de educación nacional, que hay muchos y muy buenos, como Guevara Niebla, señalan que es un desastre la formulación de los libros de texto. Todo eso da tristeza porque somos mexicanos y nos preocupamos porque nuestra niñez esté protegida.
Si a esto del bullying le agregamos los feminicidios, la pérdida del respeto a la mujer y todo el desastre moral nacional, tenemos que buscar alguna responsabilidad para un gabinete que se dedica a pelear, a discutir, a generar conflictos, no a resolver problemas y que no toma en cuenta la calidad de la persona, como fue el caso de la secretaria de Educación, sino su cercanía al Presidente.
Y para colmo ahora tendremos anticonstitucionalmente una Guardia Nacional integrada al Ejército, que cuidaba al país de invasiones externas, que es su función principal, y colaboraba con la Policía local, pero en términos de invitado.
Militarizar al país y generar toda esta pérdida de valores, afectando a la niñez y la muerte de gente joven es muy grave. Todo eso debe hacernos meditar para que participemos más en las siguientes elecciones, que estemos pendientes de cuidar a nuestros hijos y exigir que en las escuelas se prohíba y se castigue el bullying, por mínimo que este sea.
Descartes: Pienso, luego existo… Incendiar a un menor en una escuela es un ejemplo de un país sin autoridad moral. Hay que buscar el fondo del problema y generar la unidad, que no va a resolver el Ejército.
Luis Eugenio Todd
