El cierre de la segunda trilogía de los mutantes más famosos de los cómics llegó a su fin con un sabor agridulce, pues aunque hubo un par de buenos momentos en la última película quedó a deber en la trama y por el exceso de personajes.
X-Men Apocalipsis trata de la aparición del mutante más poderosos de todos los tiempos y que surgió en la antigüedad. Al despertar en el año 1983 tratará de apoderarse del mundo con cuatro nuevos seguidores, entre ellos Magneto (Michael Fassbender). Para detenerlo, está el equipo de mutantes del Profesor X (James McAvoy).
Bryan Singer prometió hace un par de años que esa película sería la más grande en la historia de la saga, ¿lo logró? En mi opinión no.
La historia suele verse plana en algunas momentos y; aunque muchas veces es cuestionado el exceso de escenas de acción y de batallas, en esta ocasión no tuvimos alguna significativa.
En la entrega anterior, X-Men: Días del futuro pasado, al menos vimos algunas secuencias memorables en cuanto a los combates y lo mejor fue que estuvieron ubicadas en dos tiempos diferentes. Los efectos visuales fueron buenos, pero también hubo un abuso de ellos.
En lo personal uno de los errores de esta película fue el exceso de personajes y condenar al olvido a otros. También demasiadas referencias a X-Men: Primera generación llegan a ser innecesarias.
Algo que dio valor a la película fueron algunos personajes y su participación, entre ellos Quicksilver (Evan Peters) y quien realiza una secuencia similar (algo prolongada) pero buena a la que realizó en la entrega pasada de la trilogía.
Pese a eso, X-Men Apocalipsis merece una audiencia importante en la pantalla grande y propicia para que alguien que quien quiera olvidarse de sus problemas un rato la aproveche.
Nota: Mañana y pasado el Cine Club Cuadroxcuadro del Museo Arocena presentará la película "Las alas del deseo", a las 15:30 horas con entrada libre.
