Las crisis son generadores y testigos de dos grandes capacidades de los gobiernos. La primera es el conjunto de herramientas con las que cada administración se ha preparado para enfrentar una emergencia; la segunda es la capacidad de respuesta o adaptación que se tiene durante y después de la crisis.
A pesar de que estamos en el peor momento de la pandemia generada por el covid-19 y que aparentemente se comienza a resolver el tema sanitario con la llegada de las vacunas, aún tenemos un gran reto por delante: la recuperación y la reconstrucción económica.
En días pasados, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) presentó un estudio titulado “Mapeando la recuperación económica”, en el que mide cómo se ha comportado la economía en las 32 entidades federativas.
En concreto, se mide el impacto económico de la pandemia en los estados y su velocidad de recuperación. El estudio resulta interesante, ya que si bien la pandemia a todos les pegó por igual, la realidad es que no todos los gobiernos respondieron de la misma forma.
Lo que vemos en este estudio es que 4 estados muestran una recuperación económica alta, 10 estados media, 11 baja y 7 muy baja.
La investigación del IMCO reconoce a Hidalgo como uno de esos cuatro primeros lugares con mejores condiciones para la recuperación, pues el nivel de actividad económica del estado está muy cercano del que se tendría bajo un escenario sin covid.
De acuerdo con el reporte, nuestro estado tiene las condiciones necesarias para una recuperación económica acelerada, derivada del aprovechamiento de las oportunidades que ha dado la crisis para que la economía estatal sea más competitiva.
Esta realidad que muestra el IMCO coincide con otros datos nacionales. Por ejemplo, según el Inegi, Hidalgo fue la entidad federativa con menor tasa de desempleo en el cierre de 2020, ya que registró un dato tres veces menor que el promedio nacional.
Si hoy tenemos un estado que muestra la madurez suficiente para enfrentar la crisis ha sido gracias al trabajo y las decisiones responsables que ha tomado el gobernador Omar Fayad desde el inicio de la pandemia.
Toda la serie de previsiones que se tomaron desde los primeros días del año pasado nos permiten resentir con un menor impacto los estragos de la crisis. Ha sido un camino difícil, pero hay condiciones para recuperarnos más rápido. Y hay signos de recuperación, pero eso no significa bajar la guardia.
En días pasados se anunció una nueva política pública que tiene un objetivo fundamental que las acciones de hoy se vean reflejadas en el bolsillo de la ciudadanía con más oportunidades de empleo, más inversión y más certidumbre en los meses por venir.
En un hecho sin precedentes, la política conocida como Hidalgo Más Fuerte tendrá una inversión de 1 de cada 2 pesos del presupuesto total para el 2021, lo que demuestra el compromiso y la responsabilidad del gobernador con la población hidalguense.
Los expertos señalan que el periodo de recuperación económica promedio para un estado estará entre 5 y 6 años. Para Hidalgo, se busca alcanzar esos niveles en solo 1 año.
Las crisis pueden convertirse en oportunidades si se cuenta con una alta capacidad de resiliencia, adaptación y flexibilidad para ser superadas y hoy, en un escenario nacional económicamente muy complicado, hay optimismo para nuestro estado.
Lo que se busca es garantizar el bienestar de las familias hidalguenses y, con ello, seguir teniendo un Hidalgo que no se detiene.