Snap, empresa dueña de Snapchat, salió a la bolsa la semana pasada en una colocación que le permitió recaudar más de 3 mil millones de dólares y le otorgó un valor de mercado al cierre del primer día de ser pública de 34 mil millones de dólares. Armada con un arsenal financiero como este, Snap está lista para competir de lleno contra las empresas de medios tradicionales, de las cuales las más vulnerables son las televisoras.
Fundada hace apenas cinco años por un par de estudiantes universitarios, Snap es sin duda una historia de éxito emprendedor. Pero justificar su valuación no es fácil. Snap no genera utilidades y no tiene planes de hacerlo en el futuro cercano.
El año pasado sus pérdidas superaron sus ventas. Tiene que competir directamente nada menos que con Google y con Facebook. Esta última ha utilizado a su subsidiaria, Instagram, para copiar buena parte de las funciones más populares de Snapchat. Un problema adicional es que los nuevos inversionistas no tienen voto alguno; el control se mantendrá en manos de los dos fundadores. El mercado parece estar más consciente de los retos que enfrenta Snap, ya que el precio se ha ajustado en los últimos días.
Sin embargo, mientras mantenga una valuación alta, Snap representa un temible adversario de las empresas de medios tradicionales. Así como Google y Facebook han capturado cada vez más dinero del pastel publicitario en Estados Unidos y otras partes del mundo, la empresa del fantasmita tiene el potencial de convertirse en otro jugador relevante.
De sus más de 150 millones de usuarios que utilizan la aplicación todos los días (y que la consultan 18 veces diarias en promedio), la gran mayoría son jóvenes de entre 18 y 34 años, los llamados millennials. Este segmento es el más cotizado por empresas anunciantes.
Cada dólar de publicidad que captura Snap y otras empresas con enfoque digital y social es un dólar menos que les queda a empresas tradicionales de medios. Entre 2010 y 2016, el tiempo que los millennials le dedicaron a ver la televisión tradicional en EU cayó casi 40 por ciento. Nuestro país, por supuesto, no está exento de esta tendencia. Cada vez más jóvenes dejan de ver televisión.
Esto representa una amenaza para empresas como Televisa. Cada día los jóvenes que utilizan Snapchat ven más de 10 mil millones de videos. Obviamente no son el tipo de videos que transmite una televisora tradicional, pero el tiempo que los jóvenes los ven es tiempo que no ven televisión. De cierta manera, Snap se está convirtiendo en un nuevo tipo de televisora. Cuidado con ella.