Ni la pandemia (números de ayer viernes: 47 nuevos casos en Torreón, con 507 activos, 235 hospitalizados entre confirmados y sospechosos. Coahuila registra 32 mil 114, llegó a 2 mil 139 muertes, 28 mil 76 recuperados--en Torreón son 6 mil 36--), ni las cada vez más frecuentes y cercanas historias del padecimiento de esta enfermedad, ni el sufrimiento de quienes ya perdieron a un familiar a causa del CoVid-19, ni la falta de una mayor y mejor infraestructura hospitalaria y de recursos humanos en el sector salud, ni las noticias nacionales o mundiales relacionadas a este problema, ni el conocimiento de que “famosos” hayan contraído el virus, ni lo que debiera importarnos la suspensión o cancelación de un sinnúmero actividades públicas, ni que la niñez, adolescencia y juventud sufran y enfermen por cursar sus clases de manera virtual, ni la crisis económica, ni la pérdida de empleos, ni la explosión de la violencia contra las mujeres y feminicidios, ni los llamados a la responsabilidad individual como vía para poner un alto a tan terrible afección, ni el estrés personal ni colectivo, ni los ánimos exacerbados a través de las redes sociales o en lo que publican algunas personas desde el anonimato en tono vociferante y bravucón en los portales de medios de comunicación, ni la tristeza que invade a muchísima gente al vivir esta situación, ni la desesperanza que cobra víctimas, ni la insultante corrupción de ex y gobernantes, ex y autoridades, ni la ola de crímenes, robos y asaltos en la ciudad (y país)… nada nos detiene, nada nos pone un freno como sociedad, nada modifica nuestros hábitos y costumbres.
Siguen las reuniones, las fiestas, las bodas (¡uff!), la asistencia a restaurantes, bares, cantinas, las colas en los expendios de cerveza, ir a donde se pueda entre semana y los fines de semana; el bosque con personas sin cubrebocas, escupiendo, respirando el polvo y las partículas de excremento de perros y aves; y una convocatoria para “ver” el final de una carrera de automóviles.
Nada nos detiene. Falta gobierno porque falta sociedad. Sobran culpas. Es la política del caos completita.