Diputados de Morena, Verde y PT le aprobaron a López Obrador su paquete fiscal para el 2022 con el que quiere captar $7.1 billones de pesos –un aumento del 8.9% respecto al 2021-. Impone la obligación a mayores de 18 años de inscribirse en el Registro Federal de Contribuyentes, aunque no tengan empleo ni ingresos (sufrirán tiempos de respuesta y acoso del SAT); sanciona a contadores que no denuncien a sus clientes. La reforma al Art. 151 de la Ley del ISR abate el monto que las personas físicas podremos deducir por donativos a organizaciones de la sociedad civil, las OSC, que afectará lo mismo a Cruz Roja, Crits, que a 2.8 millones de hogares de la tercera parte más pobre del país que recibe bienes o servicios de las OSC, según Encuesta de Ingreso-Gasto de INEGI. Al reducir el tope de deducibles de personas físicas por gastos médicos, educativos, funerarios o intereses hipotecarios, por sumarle los de donativos a OSC. Afectarán la acción de más de 5,100 donatarias autorizadas por el SAT en el país, que lo mismo atienden a enfermos sin seguridad social, personas con discapacidad, desnutrición, alimentación, asilos, niños de la calle, niñas de abuso sexual, cuidado del medioambiente, etc. y que no atiende o atiende mal el gobierno. Hay OSC que defienden derechos humanos, difunden conocimiento o cultura, exigen cuentas a gobiernos, activistas sociales, etc. Funcionan en el mundo con donaciones (En Europa o EU pueden deducir desde el 20% hasta el 60% de sus ingresos por gastos y donativos). Las democracias crearon estos mecanismos de obtención de recursos de los contribuyentes para fines de interés público, mediante la deducción de impuestos, porque multiplican los beneficios, y no son fraude fiscal. Por cada $ peso que se dona a una organización de la sociedad civil, ésta aporta o agrega $8.12 pesos: INEGI ¡Multiplica por más de 8! incluyendo el trabajo que agregan voluntarios(familia de beneficiarios, activistas).
Testimonio. Fui presidente de la Fundación Comunitaria del Bajío, donataria autorizada para recibir donativos que potencian el desarrollo educativo, social, laboral, de infraestructura, de comunidades rurales de San Luis de la Paz, Dolores-Hidalgo, Silao o Irapuato. Gestioné ante el SAT convalidación para el Conservatorio de Celaya que forma a miles. Ahora conformamos el patronato del Conservatorio de Irapuato, su orquesta y coros, que atienden a cientos de niñas, niños y jóvenes, con donataria autorizada para recibir apoyos, hasta ahora muy escasos. La pandemia tiró donaciones a todas.
El SAT alega que la limitación fue para topar donaciones millonarias “sospechosas”. ¡Combatan al fraude fiscal, pero bien! Este gobierno no sabe de cirugías con bisturí, sino a hachazos, y sin importarle dañar órganos vitales. Como dice Ma. Amparo Casar, el trasfondo es político: AMLO quiere ser el único benefactor, y sin contrapesos. Cree que apoyar a otros es tarea sólo del gobierno. No quiere sociedad civil fuerte, participativa, solidaria ¡no obstante sus 10 millones de nuevos pobres!
A México le urgen estímulos para reactivar la economía, fortalecer la generación de empleos, y no afectar a sectores vulnerables, entre otras metas. AMLO (rijoso hasta con la UNAM) se niega a una reforma fiscal responsable, aleja del país a inversiones nacionales y extranjeras como nunca, y empobrece aún más. La Tax Foundation recién publicó, en Washington, el índice de Competitividad Fiscal: de 38 países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, México ocupa el lugar 33º en competitividad y neutralidad de su política tributaria, por el “tiempo promedio para dar cumplimiento a impuestos; la base del IVA con sólo 1/3 del consumo final gravado; una tasa impositiva corporativa superior al promedio de la OCDE”.Y ahora esto. El Estado está para servir a la Nación, no al revés. La vida de ésta es más rica y plural. Evitemos asfixia de organizaciones solidarias. ¡Quien sabe, tiene o puede más, que apoye a quien sabe, tiene o puede menos! Aunque AMLO no quiera.
Juan Miguel Alcántara