Einstein nunca dijo aquello de que esperar distintos resultados haciendo las mismas cosas era señal de locura. Dicha frasecita la he escuchado chingo de veces, generalmente en esas cosas extrañas que llaman “capacitaciones” y que endilgan a los docentes con mucha frecuencia. Generalmente es un merolico, metido en un traje y generalmente habla de liderazgo, al menos así era antes de la pandemia. Existe todo un repertorio de frases dichas por Einstein que son falsas; pero la gente a la que le pagan por terapear a los pobrecitos profes las dice y las repite infinitas veces para que “cambies tu actitud” dentro del aula, si tienes la desdicha de ser un profesor; o dentro de la fábrica o bodega o tienda, si eres asalariado.
Pero supongamos por un momento que la frasecita esa sobre la locura y repetir las mismas cosas, esperando que pasen cosas diferentes sea una neta rotunda; aunque no la haya escupido ningún Einstein. Supongamos que si quieres que las cosas cambien debes forzosamente hacer cosas distintas, deberían de aplicar también a patrones y autoridades la profunda filosofía que la citada máxima encarna. Me explico, ¿cómo esperar que el trabajador, o el profesor, haga cosas distintas si recibe el mismo pago irrisorio una y otra vez? ¿Cómo esperar que el empleado deje de ser indolente y se ponga la camiseta?, sólo con llevarle unos cuantos merolicos para que lo convenzan que es un líder nato, aunque sea otro el que tome las decisiones que lo afectan, entre éstas, su sueldo.
Estas reflexiones banqueteras me vienen a la mente ahora que me entero con estupor que, justamente, al cuarto para las seis se andan agarrando del chongo los del bloque opositor. Era natural que así sucediera, ya se habían tardado. Cuando el móvil para cohabitar es el odio, resulta sumamente complicado que una relación persista por mucho tiempo. No sé si no les haya dicho su asesor, si es que lo tienen, que esos frentes que andan armando cada ocho días no tienen futuro. ¿Es que alguien cobra por aconsejar a ese grupo de rencorosos asiduos? Si alguien recibe un sueldo por decirles qué es pertinente hacer, y qué no, los está defraudando. ¿Quién les ha dicho que haciendo lo mismo una y otra vez van a obtener algo distinto a esta debacle que se les viene encima? ¿Quién les dijo que permitiendo a los mismos monigotes de siempre tomar las decisiones trascendentes de la organización, pasando por encima de la militancia (suponiendo que la tuvieran) iban a obtener algo distinto? Como dije, ya se habían tardado.