A este maltratado país le urge una verdadera oposición, no esta cosa extraña, que se autoproclama como tal, que es obtusa y descerebrada, sin una brújula visible; que se la pasa berreando y señalando sin proponer nada. Que se inventa un Costco-gate cuando no se le ocurre otra cosa. Este país necesita con urgencia una oposición propositiva que nos muestre una idea de país concreta, que no se refugie en vacías abstracciones, como “el bien de México” o “salvar el país”; porque muchos de ellos ya estuvieron en posición, si no de salvar a México, al menos de añadirle una pizca de bondad al maltratado terruño. Pero tal parece que lo único que hicieron fue ayudarse a sí mismos. Como que viven anclados en un pasado que ya se fue hace algunas décadas. Lo que ellos no saben es que el país ya había cambiado antes de la llegada del actual gobierno y precisamente por eso pudo llegar al poder el actual gobierno. Es tan solo un elemento más, dentro de una dinámica que ya venía operando hacía décadas, esto tampoco debe olvidársele a esta nueva clase gobernante, si no quiere que le suceda lo que le está pasando a nuestra errática oposición.
El asunto no es tan complicado, pero no es algo que se construya de la noche a la mañana. Si una oposición desea operar en la realidad y no sólo en sus sueños de bazuco, debe saber lo que sucede en la calle, en el mercado, en la plaza, en los pequeños negocios. No basta con gastar sus pocas energías y su escuálida creatividad en el simple y gratuito saboteo.
Una oposición que no crea que los mexicanos no tenemos memoria. Esa frase imbécil que traen una y otra vez para, según ellos, burlarse del común parecer: “Pero el PRI robó más”. El aserto ofende en su simplismo porque no hay proporción alguna en la comparación, porque estamos hablando de la mafia más corrupta que pudo haber gobernado y saqueado una nación. Ese priismo encarna la corrupción como forma de vida, sigue siendo esa su naturaleza de vida, porque siguen ahí y pretenden regresar. Me sorprende que haya alguien que pueda defender aquello. Porque no lo dicen, pero al asociarse con ellos están, de algún modo, pasando por alto el cúmulo de tropelías. Lo que no saben es que ese modelo ha quedado obsoleto, tan es así que ya no les sirve ni siquiera a ellos. Que no sorprenda a esos nuevos aliados de ocasión, que si por algún azar llegasen a resucitar, sus primeras víctimas serían sus más cercanos socios. Porque como reza la fábula: esa es su condición.