Política

Es la patria

Ha comenzado el mes undécimo y, aunque el clima parece habernos otorgado una pequeña tregua, ya se anuncia el fin de año, en 40 días estaremos precipitándonos en el afamado puente Guadalupe-Reyes, que más bien suena como un pacto firmado entre generales.

Imagino que sólo yo escucho las noticias un 2 de noviembre, no sé si a la espera de que haya sucedido algo relevante o simplemente es la costumbre. Pero yo escucho los noticieros del mismo modo que el espectador aficionado al género de terror mira una película por cuarta o quinta vez, tan sólo porque se trata de una película de culto, cualquier cosa que esto signifique. Ese espectador del que hablo, es el peor acompañante que uno puede tener para mirar uno de esos bodrios terroríficos, pues sabe lo que va a suceder incluso en aquellas películas que no ha visto, por las simple y sencilla razón de que conoce todos los recursos y clichés del género. Este amigo nuestro que todos tenemos no puede quedarse callado cuando mira contigo una película del citado género, supongo que siente placer al dejar claro que conoce el tema y, al menos en la pantalla, puede adivinar el futuro. Así me comporto yo cuando escucho los noticieros en compañía de alguien, con la única diferencia de que siempre yerro en mis pronósticos. Casi siempre sucede lo contrario de lo que predigo. O el entrevistado responde, inequívocamente el muy desvergonzado, lo contrario a lo que yo considero es el sentido común. Quizá esté equivocado, pero tengo la sospecha de que esta es la primera vez, en lo que va del presente año, que los demonios se aplacaron un poquito, lo intuyo porque miro los encabezados y me divierto observando a los periodistas haciendo malabares para hacer pasar como notas sucesos irrelevantes. Que una doña increpó al compañero diputado en un centro comercial. Un perrito rescatista pasó a mejor vida y el Día de Muertos derrotó, otra vez, al Jalogüín para beneplácito de los patriotas. Puedo decir, por lo tanto, que lo único real en estos días de semi-asueto es que los mexicanos coincidimos en pocas cosas, pero esas pocos asuntos en los que convergemos son fundamentales. Todos honramos a nuestros difuntos. Desde el más acérrimo de los ateos, hasta el más radical de los creyentes honran a sus muertitos, así en diminutivo, eso y no otra cosa es la patria, carajo.

Juan Casas Ávila

Twitter: @contraperiplos


Google news logo
Síguenos en
Juan Casas Ávila
  • Juan Casas Ávila
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.