Cultura

El próspero poder

Al repensar los asuntos del poder de la palabra y del poder a secas, uno encuentra sorpresas fastuosas. Aunque “nada puede decirnos sobre la manera en que los hombres obtienen el poder: para ello haría falta analizar su praxis.” (Canetti: [1974] 2001: 54). Pero “lo que une a todos, lo que se encuentra en diferentes grados o niveles en todos: la búsqueda del poder:” (Antaki: [1992] 1996: 112).

El poderoso es aquel que apunta adonde debe y sabe ir aún con la serie de contratiempos que le atañen. En esta “reunión tan morigerada y tan honesta” (Pedro Antonio de Alarcón, dixit) Gabriel García Márquez nos ha mostrado el cómo darle nombre a nuestra América a través de la literatura. Hay una reunión efectiva de los cantores. En palabras del poeta Cardenal: “Las flores de la pintura/ —las de los libros/ Los cantos pintados en los libros. / Y las pinturas de la Región del Misterio/ ‘lo que está sobre nosotros’./”.

En dicha Región del Misterio se baila [vallenato acompañado por el acordeón de Pacho Rada] y por ende se relee a partir del cuerpo (de) la obra compleja. “Sentado junto a la mesa de trabajo, Gabo...”, nos platica Francesc Relea, “en cuanto a lecturas, dedica su atención a releer toda su obra, para ver hacia dónde va y, tal vez, escribir la segunda parte de las memorias. “¿Y sabes una cosa? Me doy cuenta de que son libros muy buenos”, comenta socarrón.”.

La revisión del mundo obliga a renovar el pensamiento ya que con el transcurrir del tiempo las rescrituras son más profundas y más provocativas desde la periferia donde construimos los márgenes de «nuestro cobre común latinoamericano: el sentimentalismo» (Rosario Castellanos: 1997: 125) y la nostalgia invade como debe.

Es también ponernos en los zapatos de Aureliano para tener «contacto con el mundo que las cartas del sabio catalán y las noticias que recibía de Gabriel a través de Mercedes, la boticaria silenciosa». Esos contactos reales son los que nos llevan: “(...) A la Reunión, a la región/ donde los nuestros se juntan.../” (Cardenal: 2007: 17).

El poder de la palabra entonces pertenece a la «literatura neomundial» (Darío, dixit) transformada, en este caso, desde la experiencia latinoamericana de García Márquez vuelve a fundar la Agencia Especial del Espíritu, la Literatura.

Se ha dicho hasta el cansancio que García Márquez utilizó el método de Faulkner para hacer de las suyas. Unos niegan lo real maravilloso como aporte a la literatura neomundial desde Nuestramérica.

Derek Walcott recapituló de aquel «enfurecimiento» desde su realismo lógico por el sonido del colombiano y «así nada me pareció más natural y, también más ineludible, que la prosa de García Márquez», nos comparte. Lo cierto es que «ya se verá cómo peregrinaremos hacia Macondo, el ombligo de América» (Pedro Luis Barcia: 2007: 493).

O como dijo el coronel Nicolás Márquez: —“(...) la bala del honor venció al poder”. 

Juan Carlos Porras

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Juan Carlos Porras
  • Juan Carlos Porras
  • Editor fundador de Grupo Ochocientos y actual director del Centro de Investigación y Estudios Literarios de León (CIEL-LEÓN).
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