La inflación mide el crecimiento promedio de los precios en una economía. Esta se mide en México de forma quincenal, mensual y anual. Para ello se monitorean quincenalmente 299 productos y servicios que conforman la canasta del INPC (índice Nacional de Precios al Consumidor) para determinar la variación de precios en cada uno de los productos medidos. Las variaciones de precios pueden ser positivas o negativas si se les compara con la quincena inmediata anterior.
La determinación del INPC considera una ponderación para cada uno de los productos medidos según su impacto en el consumo, ya que no pesa lo mismo un aumento en los combustibles como gasolina, electricidad o gas doméstico que el aumento en la sal o el chayote o un corte de cabello por mencionar algunos.
Estos monitoreos de precios se realizan en establecimientos ubicados en 55 regiones geográficas de los 32 estados del país y se cotizan en promedio 159,500 precios de productos y servicios específicos, pero para el caso de los alimentos estas cotizaciones se realizan por lo menos dos veces por quincena mientras que para el resto de los productos se hace al menos una verificación quincenal.
Para el mes de marzo del 2021 el INPC registró una inflación de un 0.83% que fue la más alta para ese mes en los últimos 10 años y la inflación anualizada se ubicó en 4.67% que rebasa la estimada anual del 4%. Los productos que más han impactado han sido el gas doméstico, gasolina de bajo octanaje, tortilla y huevo y los que decrecieron fueron el chayote, nopales y papa entre otros.
Si bien parecería que este indicador ya está fuera de control apenas transcurrido el primer trimestre del año, habrá que esperar su comportamiento a futuro para sacar conclusiones válidas para el resto del año.
