Algo hicieron mal los organizadores del Clásico Mundial de Beisbol o algo hemos hecho mal como medios, periodistas y aficionados para que este gran evento no tenga la cobertura y atención que merece: una vez más, nuestra cultura deportiva no tiene madre.
A los mexicanos nos han dicho que somos un pueblo futbolero, peleador, luchador, pelotero, corredor, bicicletero y canastero; en ese orden. La mayoría reaccionamos la noche previa a una función de box en la que un mexicano va a partirse la madre, nos acordamos de las luchas solo para echar desmadre, nos vale madre el beisbol, nos aburre de a madre el ciclismo, el básquet nos parece una madre y mentamos madre con nuestros atletas en los Juegos Olímpicos.
Hace muchos años el periódico llegaba por debajo de la puerta y esparcía las noticias en el piso del recibidor, la sección deportiva y los comics nunca fallaban: la portada estaba dedicada al futbol y las caricaturas a Condorito, Popeye y Daniel el Travieso.
Eventualmente la prensa de aquellas décadas, ochentas, noventas, era más equitativa con otros deportes; una de dos: o había mejores periodistas o teníamos mejores deportistas. Eran épocas donde la importancia del deporte solía medirse por cuadritos: un cuadrito para el beisbol, medio cuadrito para el básquet y unos renglones para el tenis; todo lo demás para el futbol.
Tiempo después, medimos al deporte en segundos, cuando las secciones deportivas de los noticieros decidían en función del tiempo: una breve de 20 segundos para el ciclismo, otra de 15 para el atletismo, una cortinilla para el automovilismo y el resto del bloque para el futbol. Pensamos que con más canales y cadenas esto cambiaría, pero los porcentajes de transmisión siguen igual.
Lo mismo pasó con los usuarios libres y soberanos que se independizaron de la parrilla de programación tomando el control de la agenda a través de las redes sociales, pero la tendencia no cambió: el trending topic continuó siendo futbol.
Lo más curioso de todo es que el futbol, un deporte al que todos los días mandamos a chingar a su madre a nivel deportivo, directivo, televisivo y comercial, sigue estando en el primer lugar de nuestras preferencias: tantita madre.
José Ramón Fernández