Candidatas y candidatos. A 332 días de París 2024 la natación en Fukuoka y el atletismo en Budapest definieron a la realeza de los Juegos: China, Australia y Estados Unidos dominan las profundidades y Estados Unidos, España y el Reino Unido la superficie. De ambos Mundiales, hay mejores conclusiones de los medallistas que de los medalleros: la piscina olímpica en la Arena de la Defensa disfrutará de la estadunidense Katie Ledecky en la cresta de su carrera junto a una corte de extraordinarias nadadoras y nadadores como las australianas Emma McKeon, Mollie O’Callaghan y Summer McIntosh; el francés Léon Marchand, el chino Qin Haiyang y probablemente el joven rumano David Popovici. Mientras en el campo y pista del Stade de France en Saint-Denis el trono lo disputarán la velocista estadunidense en 100 metros Sha’Carri Richardson junto al ganador de 100 y 200 Noah Lyles; el pertiguista sueco nacido en los Estados Unidos Armand Duplantis, la fondista keniana de 1,500 y 5,000 Faith Kipyegon y la saltadora venezolana Yulimar Rojas. París, aquí tienes a tus reinas y reyes.
Coronación. Se cumple una semana del Campeonato Mundial de la Selección Femenil Española de Futbol y sigue sin verse la cancha: no puede verse el gol, no puede verse el juego, no puede verse la dramática derrota de las inglesas y mucho menos puede verse la gran hazaña de las jugadoras españolas. Si acaso, puede verse la fotografía lejana de un grupo de mujeres festejando algo sobre un templete en el campo. El daño ha sido inmenso, porque ha pasado una semana, que no es suficiente para olvidar lo que sucedió después, pero tampoco es suficiente para recordar lo que había pasado antes: sospecho, con enorme tristeza, que la coronación de estas chicas será acompañada por una sombra maligna y larga durante muchos años más. El daño que causan personajes atroces como Rubiales a la memoria del deporte y la sociedad, es muy injusto.