Carmina Burana, no es el nombre y apellido de una dama, tampoco es una ópera; es una cantata escénica basada en poemas o cantos goliárdicos del siglo XIII que se encontraron en un escrito hallado en una abadía de Benediktbeuern, Alemania.
En latín “Carmina” significa poema o canto y el nombre latinizado de Benediktbeuern es Bura, por lo que “Burana” es un gentilicio; es decir el nombre castellanizado de la obra es “cantos buranos”.
Durante la edad media se configuró una forma literaria de poemas y cantos elaborados por clérigos vagabundos y estudiantes pobres que, mediante cantos ingeniosos, lograban alguna dádiva para sobrevivir.
A estos personajes se les denominó “goliardos” y conformaron una corriente literaria con cantos picarescos o satíricos en latín que hablaban de los placeres de la vida y criticaban al orden establecido.
El manuscrito de los cantos buranos fue encontrado por el bibliotecario, publicista, político e historiador alemán Johann Christoph von Aretin en 1803, en la abadía de Bura en Baviera, Alemania. Son 112 folios en los que se encontraron 228 poemas.
El lingüista Alemán Johann Andreas Schmeller, fue quien dio el título “Carmina Burana” al conjunto de manuscritos en 1847.
El escrito fue llevado a la Biblioteca Estatal de Baviera en Munich, donde se encuentra actualmente y puede ser revisado en línea.
De una manera magistral, el compositor alemán Carl Orff orquestó 24 de esos poemas para su cantata escénica, que fue estrenada el 8 de junio de 1937 en la Alte Oper de Fráncfort, siendo dirigida por Oskar Wälterlin.
Orff escoge temas centrados en lo frugal de la fortuna, el renacer de la primavera, el amor y el gusto por los placeres mundanos, elementos que coloca en siete planos con una sucesión de patrones rítmicos y una compleja estructura armónica y melódica.
La obra inicia y termina con el tema “Fortuna Imperatrix Mundi” en el que habla de lo voluble de la suerte, lo que dota a la obra de una introducción impresionante y un final apoteósico a todo coro y toda orquesta.
La buena noticia es que tendremos la fortuna de poder ver en vivo la representación de esta magnífica obra en el teatro Nazas de Torreón los días 3 y 4 de marzo, con la Camerata de Coahuila, bajo la dirección del maestro Ramón Shade y con la participación de Anabel de la Mora, Soprano; Enrique Guzmán, tenor; Carlos Sánchez, barítono, acompañados por un coro monumental conformado por el coro del Instituto de Música de Coahuila Coro INMUS, Escuela Municipal de Música Silvestre Revueltas y el Coro de Niños del Colegio Cervantes de Torreón.
No pierda la oportunidad de maravillarse con esta magnífica presentación, le aseguro que la disfrutará.