Los antiguos mexicanos, mexicas y mayas, descubrieron que con las semillas de un árbol de frutos ovalados se podía elaborar una bebida que proveía de energía y tenía un sabor muy especial, le llamaron en nahuatl, “cacahuatl”.
Los mayas hacían con estas semillas la bebida del Xocolatl. A su llegada, los españoles denotaron que dicho brebaje, que ellos entendieron se llamaba “chocollatl”, estaba destinada a las clases altas y que era una bebida amarga pero única en sabor y que provocaba cierta euforia.
Otra particularidad era que dichas semillas se usaban como moneda entre aztecas y mayas.
El árbol tuvo de nombre castizo “cacao” y Linneo acuñó su nombre científico “Theobroma cacao” que en griego significa alimento de los dioses.
Comúnmente llamada “mazorca”, el fruto del cacao es una baya ovoide-alargada, de 15 a 30 cm de largo por 8 a 15 de ancho, de color amarillo a púrpura y que muestra acanaladuras a lo largo.
En su interior cuenta con una pulpa mucilaginosa blanquecina que recubre a 35 a 40 semillas del tamaño de una almendra.
De los frutos maduros se extraen las semillas, que se ponen a fermentar y después pasan por un proceso de secado; luego los granos de cacao se tuestan y después se muelen mezclando con canela y azúcar para obtener una pasta de chocolate.
En Europa, la bebida se hizo popular al agregar azúcar para contrarrestar lo amargo.
Dos innovaciones en el proceso de elaboración generarían la industria chocolatera como la conocemos ahora; en 1875 el chocolatero suizo Daniel Peter, agregó leche condensada a la pasta de chocolate y elaboró barras empaquetadas individuales, por su parte Rudolf Lindt en 1879 agregó el proceso de “conchado”, que implica batir por muchas horas la mezcla de cacao para darle esa consistencia cremosa que se derrite en la boca.
Fue entonces que el mundo se rindió ante el chocolate.
A pesar de ser la cuna del chocolate, México es el treceavo productor mundial de cacao, nuestra producción no cubre ni la mitad de la demanda interna, por lo que debemos de importarlo de otros países.
Costa de Marfil, produce el 44% de la producción mundial y le siguen Ghana, Nigeria y Camerún; mientras que Brasil, Colombia y Ecuador son los principales productores americanos.
El chocolate no provoca obesidad, los azúcares añadidos son los que hacen poco saludables algunos tipos de chocolate.
El verdadero chocolate, tiene propiedades nutritivas interesantes, contiene vitaminas del grupo B (B1, B2, B6, B3, ácido fólico) y también vitaminas A y E; minerales como potasio, fósforo, magnesio y algo de calcio, así como polifenoles antoxidantes.
Prefiera el chocolate amargo, intente con valores de porcentaje de cacao arriba de 50%.
Las versiones artesanales suelen ser más saludables que las importadas.