No sé si le pasa, querido lector, este impasse que nos ha traído la pandemia el Covid-19 en que despierta y de inicio intenta ubicar si es el de la cuarentena el escenario real o se trata del recuerdo de un mal sueño.
En solo una semana, entendemos lo frugal que es llamar diferente a siete días del año, prácticamente el reloj pierde su utilidad.
¿Qué hora es? ¿Qué día es? Es hora o día de quedarse en casa.
El coronavirus nos roba esa certidumbre del futuro inmediato, nos parece que nos lleva a otra dimensión, esa en la que el tiempo no corre. Las noticias y los supuestos han dado al traste con la certidumbre.
Era como solo una gripe; sólo afectaría a un porcentaje muy bajo de la población, en el invierno se dijo que llegando el calor no lo soportaría.
El hecho es que enfrentamos a un problema que no habíamos afrontado nunca.
¿Qué pasará al terminar abril? Nadie lo sabe. La crisis económica que ya teníamos encima y el costo de salvar vidas con el paro de la cuarentena, que también le pasará factura a nuestro principal socio comercial (que, por cierto, tiene por ahora el mayor número de infectados por este coronavirus) nos prodigará un coctel amargo a afrontar una vez terminada la inactividad.
Las noticias de cielos más limpios, ríos y lagos con aguas cristalina, los animales que regresan para tomar lugares donde de repente desaparecimos los humanos, son buenas noticias que nos hacen reflexionar.
De igual forma, se esperaban muestras solidarias como en todas las crisis; sin embargo, ladrones se organizan para saquear comercios, grupos de personas niegan de manera violenta que una enfermera o médico usen el transporte público, pobladores amenazan con quemar un hospital si reciben enfermos de Coronavirus, entre otras linduras.
Destacan también los negacionistas o los fanáticos del eterno complot. No, a pesar de que se han dado muchos casos de solidaridad, no ha aflorado lo mejor de nosotros.
Seguimos siendo una sociedad polarizada y parece que terminaremos aún más disueltos como sociedad cuando más requeriremos estar unidos.
Lo único cierto es que todo lo aquí señalado es incertidumbre, en los días en que deberíamos redescubrir lo básico, como la importancia del cuidado de la salud, la importancia de la familia como factor de cohesión, el buen uso del tiempo, etcétera, nos damos cuenta que lo único cierto es el aquí y ahora, el futuro ya vendrá.