Cultura

Las Cartas del Boom

  • Paisajes abreviados
  • Las Cartas del Boom
  • José Luis Vivar

El género epistolar es algo que en nuestros días parece tratarse antiguo, de algo más allá del Siglo XVIIII, y sin embargo, tenemos casi treinta años que como sociedad dejamos de escribir misivas. Aquella costumbre de acudir a la oficina de correos para enviar una correspondencia ha quedado en el pasado.

Hoy en día para comunicarnos basta un mensaje de WhatsApp —porque muy pocos usan el correo electrónico—, un audio en la misma aplicación. O de plano una video llamada. Pero tarde o temprano no quedarán recuerdos de ninguna conversación inolvidable. Todo desaparecerá de la faz de las pantallas.

En la Historia de la Literatura permanecen cartas de muchos autores, confidencias que a los que el público lector puede asomarse para conocer los detalles de determinada obra, de cómo se concibió o qué problemas enfrentaron. Todavía representan mayor valor cuando esas cartas son de un autor a otro, y nos brindan verdaderas cátedras en el Arte de la Escritura.

Uno de esos ejemplos del género epistolar es la reciente publicación del libro Las Cartas del Boom (Alfaguara, 2023) que reúne a cuatro autores protagonistas de ese movimiento literario florecido entre la sexta y séptima década del Siglo XX. Los nombres de Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez, desfilan con un total de 207 misivas que van de 1955 al 2012.

El entrecruzamiento entre los cuatro escritores deslumbra por la calidad de sus textos, por la información erudita que comparten, por las observaciones críticas entre uno y otro; pero sobre todo por la gran amistad que les unía.

Aquí nos enteramos de las primeras líneas de “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez; del trascendental giro narrativo en México por “La Región más Transparente” de Carlos. Fuentes; de la polémica suscitada por “La Ciudad y los Perros”, de Mario Vargas Llosa; y del juego mágico de “Rayuela” de Julio Cortázar; por citar unos cuantos ejemplos.

Como si se tratara de una novela, lo que en un principio eran coincidencias, sobre todo por el tema de la Revolución Cubana, descubrimos discrepancias y diálogos fuertes por estar o no favor de los que hacía Fidel Castro en la isla del Caribe. También, sin que se comente, el rompimiento entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez—puñetazo en el ojo que el primero le suelta en un cine capitalino—, entre ellos no hay más comunicación, pero siguen en contacto con los demás, hasta que en 1984 fallece Julio Cortázar.

Años más tarde los otros dos en marcharse serán García Márquez y Fuentes. Solo queda Vargas Llosa quien a sus ochenta y siete años aprobó la publicación de sus cartas, y a pesar de todo continúa hablando y escribiendo sobre García Márquez, porque su amistad literaria nunca finalizó, porque ambos fueron parte del Boom.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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