Todavía no conozco un entrenador de fútbol profesional que le agrede detener a su equipo por 19 días, tal como está pasando con el equipo Santos Laguna, y menos cuando el equipo tiene resultados positivos.
Lo más difícil en el deporte de alto rendimiento es encontrar el nivel competitivo óptimo aunado al juego de conjunto, en el caso de las disciplinas en equipo.
Una frase de mi compañero Raymundo Muñoz en el programa de televisión que me agrado fue: “Santos Laguna convenció más ganando cuatro de los últimos nueve puntos que cuando obtuvo doce de doce”.
Justo en el momento en que la escuadra albiverde mereció un mejor resultado con Necaxa, le ganó a Rayados y tuvo un duelo parejo con León, tiene que detener el accionar por la jornada de descanso y dos partidos en fecha FIFA.
Aún cuando se entrena y se juegan algunos partidos de práctica, no se tiene la misma intensidad y secuencia que en los cotejos oficiales.
En el lado positivo que tiene el receso de la Liga Mx, varios futbolistas santistas tendrán descanso necesario, ya que en el partido frente al León se vio que terminaron cansados, como Julio Furch.
El asunto pasa por parar el motor cuando se desarrollaba al 100%, estar en cero y después volver a ponerla a trabajar a máxima capacidad.
Para otros equipos como América, el receso es un oasis en medio del desierto que ha significado la gran cantidad de jugadores lesionados que tuvieron en las primeras ocho jornadas.
En el caso del conjunto de Veracruz, puede ser una oportunidad para contratar un entrenador que los pueda sacar del profundo hoyo en el que están metidos, y entrenar al plantel de jugadores, el cual es deficiente en su nivel competitivo.
En fin, que el receso del torneo apertura 2019 no llega en el momento ideal para algunos clubes, sobre todo los que tienen inercia ganadora, y para otros que tienen una amplia lista de lesionados o están metidos en la zona baja de la tabla llega en un momento ideal en busca de recomponer el camino.
Ya veremos a mitad de septiembre a quien benefició y a quien perjudicó.