El equipo santista realizó ajustes a los planteamientos tras la goleada ante Tigres.
El sistema de juego de los primeros 11 juegos rindió frutos con victorias sobre Chivas, Juárez, Atlas, Puebla, Rayados, San Luis y Veracruz.
El enviar a la recuperación de pelota desde el área contraria con Julio Furch, Eryc Castillo, Brian Lozano y Adrián Lozano produjo goles y puntos, que además, le dieron espectáculo a la tribuna.
El hostigar a los defensas puso en jaque a los equipos arriba mencionados. Pero, el desgaste al que se somete a piezas claves de la alineación provocó, en parte, la derrota ante Pumas, lo que culminó con el tropiezo en Tigres.
El desgaste físico de repetir cuadro también pasó factura y hemos visto lesiones musculares de Ulises Rivas y Jonathan Orozco, además de una desafortunada jugada en la que Rivas le rompió el ligamento del tobillo derecho a José Juan Vázquez.
Es aquí donde Guillermo Almada planteó su declaración después del juego frente a Querétaro, en el que califica el plantel de jugadores santista como chico y corto.
Con mucha razón sobre este razonamiento, Almada se percató que el desgaste de los mismos elementos lo pondrá en predicamentos para el cierre del torneo y repliega al equipo 20 metros desde el juego frente a Xolos.
Si antes iban 20 o 25 veces a buscar la pelota en terreno contrario, ahora los jugadores de Santos Laguna van 10 o 12 ocasiones.
Se administra el desgaste de los futbolistas y se recurre a elementos de mayor tendencia defensiva como Edgar Games, “Gallo” Vázquez antes de la lesión y en el más reciente juego a Diego de Buen.
El cambio de método también ha tenido victorias sobre Tijuana, Querétaro y América, los tres perfilados a calificar a la liguilla.
Los más recientes campeones se coronaron equipos con clara postura defensiva (América y Tigres), así que el ajuste es positivo, el asunto será la ejecución en circunstancias de liguilla en donde el manejo de las emociones acompaña cada partido.
Los últimos tres resultados disparan, y con razón, el optimismo de una liguilla que perfila al líder general como finalista, según los antecedentes de los cuatro torneos anteriores.