De los programas en televisión que hemos tenido en los últimos dos meses, he obtenido como conclusión que el fútbol mexicano le incomoda revelar la verdad.
Varios temas han tenido su revelación y confirmación en estos programas.
Por ejemplo: el Ingeniero Salvador Necochea confirmó que el fútbol mexicano no es negocio para la mayoría de las empresas que invierten en franquicias.
Una persona como él que trata a entrenadores, quienes incluso son amigos personales del ingeniero, concluyó que si tuviera que elegir un entrenador optaría por Carlos “La Banana” Ortíz.
Alberto Canedo confirmó dos temas que en tiempos recientes causaron escozor entre los aficionados de Santos Laguna:
Diego González un buen día decidió que se iba del equipo y que Agustín Marchesín tenía todo listo para irse a Boca Juniors hasta que la directiva santista detuvo su plan.
El propio Licenciado Canedo también confirmó que en el año 2000 el Grupo Modelo buscaba deshacerse del Club Santos y que en su apremio por vender la franquicia hicieron la peor venta en la historia empresarial del país con Carlos Ahumada.
Rodrigo “Pony” Ruiz nos confirmó de manera muy peculiar que entre los mismos jugadores saben quienes tienen calidad y quienes no. Un experto como él zanjó una añeja polémica: el balón que envió hacia adelante Marc Crosas a Oribe Peralta para el gol en el juego de ida de la final del torneo clausura 2012, no es asistencia.
La ex-esposa de Matías Vuoso, Marcela Ramos confesó que ella presentía que Matías iba a fallar el penal de la final del torneo Bicentenario 2010 en Toluca y, si hubiera podido, le habría llamado a Rubén Omar Romano para que lo quitara de la lista de tiradores.
Marcela dejó en la mesa la mejor frase de esta serie de programas, hasta ahora: “entre más corriente, más ambiente” para definir lo que era vivir el fútbol en el desaparecido estadio Corona.
Mi conclusión en esta serie de programas es que al fútbol mexicano le incomoda que se revele la verdad.
En su momento se ataca al mensajero pero el paso de tiempo, como siempre, confirma que el problema no era quien informó u opinó, sino quien se sintió incomodo por lo revelado. En el camino seguiremos.
