No aparecieron y no llegaron. Los aficionados al fútbol se quedaron esperando las anotaciones que dieran el espectáculo a una final que daba esperanza de entrenamiento.
Entre los millones que invierte el equipo Tigres cada torneo en futbolistas y la impresionante racha de León de 12 victorias consecutivas, se esperaban muchas emociones.
Pero la decepción, el tedio y aburrimiento fue abrumador. Los dos juegos de la final dejaron mucho que desear y provocaron que aquellos aficionados que no tuvieron acceso a ver la final en sistemas de televisión de paga o internet no se perdieran de nada.
La final del pasado domingo no le pidió mucho a aquella final de baja calidad futbolística entre Pachuca y San Luis en el torneo Clausura 2006. Desde entonces no recuerdo una final en la que los dos protagonistas no pudieron o no quisieron buscar la portería contraria.
No critico el sistema defensivo de la escuadra regiomontana para llegar al campeonato, hace seis meses Cruz Azul intentó lo mismo ante América pero no tuvo el resultado deseado.
Quien debe estar preocupado es la Liga Mx porque la “esperada” liguilla tiene dos torneos consecutivos decepcionando y, el fútbol de goles prometidos, no apareció en perjuicio del espectáculo y del entretenimiento.
El miedo que han mostrado los equipos en las últimas dos liguillas, en cualquier instancia, es notable en la cancha. Cualquier escuadra se cuida de no recibir goles, más cuando es local, para evitar el primer criterio de desempate.
Lejos de promover el fútbol ofensivo, el gol de visitante que se aprobó hace siete años está exhibiendo los peores temores y desempeños de los equipos y a los aficionados los está metiendo en el aburrimiento.
Ya para la final, sin la ventaja del gol de visitante, es claro que las posturas de los entrenadores Caixinha y Ferretti han sido la priorizar la defensa, al primero no le resulto y al segundo sí.
La ejecución de los futbolistas en la cancha es fundamental para el resultado final, en este caso levantar el trofeo o irse al vestidor a sufrir la derrota. Sin embargo, algo no anda bien en el fútbol mexicano cuando los goles escasean en las liguillas.
