Los torneos de selecciones nacionales en el continente americano están desgastados.
Eso de que se juegue la Copa Oro cada dos años y que la Copa América tenga cuatro ediciones en menos de seis años es terrible para el espectáculo.
Me llama la atención que en Brasil, un país donde el fútbol es una religión, los estadios están vacíos. Incluso los partidos del Scratch no han tenido llenos.
Y ni hablar de los partidos de la Copa Oro, en los cuales, la mayor parte de la asistencia está repartida en los juegos de la Selección Mexicana y Estados Unidos. El resto lucen escasos de personas.
Y en el aspecto deportivo las cosas no están mejores. El nivel del área de CONCACAF se desplomó de manera alarmante. Se practica un fútbol rústico, falto de talento en el que prevalecen fuerza y rudeza.
En Sudamérica es claro que los mejores futbolistas argentinos, uruguayos obrasileños están lejos del nivel que muestran en sus equipos, con principal referencia en aquellos que militan en el fútbol europeo.
La Selección Mexicana es una muestra de que la mayoría de los futbolistas profesionales que están en el viejo continente, y son elegibles para el tricolor, están más ocupados en sus carreras en clubes que en la selección.
Y no los culpo. Hace rato que los calendarios en fechas FIFA y competencias continentales están saturando a los jugadores. La mayoría de los convocados llegan con 50 partidos o más en una temporada y eso gasta física y mentalmente a cualquier ser humano.
Pero ni CONMEBOL ni CONCACAF dejarán de organizar sus torneos, por el contrario, el próximo año habrá otra Copa América para “empatar” los años en que se juega la Eurocopa, mientras que Norte y Centroamérica se prepara para jugar la Liga de Naciones, un torneo que será de bajo nivel en comparación de la Copa Oro, pero ambos general dinero.
Así que no le extrañe que más futbolistas anuncien su retiro de selecciones nacionales o sigan pidiendo que no los llamen, son demasiados torneos y de bajo nivel en selecciones nacionales.