Cultura

El arte de Croconas

  • Los inmortales del momento
  • El arte de Croconas
  • José de la Colina

En el siglo II un Alejandro, de Paflagonia, buscando ganarse la vida y la fama, se asoció con un funámbulo de Bizancio llamado Croconas, sabio en trucos, ilusionismo y doma de serpientes.

Croconas adiestró a Alejandro y recorrieron el Asia Menor con espectáculos de prestidigitación, malabarismo, ilusionismo, ventriloquía, bailes de serpientes y juegos de espejos, a los que llamaban el Arte.

Adorador de Esculapio, que solía aparecerse como una serpiente, Croconas planeó una audaz impostura. En un viejo templo vacío de Calcedonia los socios pusieron una placa de cobre en la que avisaban que Esculapio se domiciliaría en una aldea paflagona. Cuando toda la comarca hablaba del asunto, Alejandro, vestido como sacerdote de la diosa Cibeles, se presentó en la plaza, dijo oír oráculos de la Sibila y vaticinó el advenimiento de un hacedor de prodigios que liberaría a Ausonia y traería la paz. Hizo esta promesa con un habla briosa, con sacudidas y contorsiones y arrojando por la boca chorros de espuma provocados por una raíz excitante. Los pueblerinos quedaron convencidos, lo aclamaron, le ciñeron coronas de laurel y lo pasearon. Esto se repitió en otros lugares. Un rico aldeano calcedonio propuso que en lo alto de un monte se levantara un templo a Esculapio.

Mientras se erigía el templo, durante la noche Croconas había ocultado en la fontana un cascarón en el que había metido una serpiente recién nacida. A la mañana siguiente Alejandro, ceñido de una faja dorada, con pasos vacilantes, espumosos los labios, despeinado, los ojos en blanco como poseído del éxtasis, y seguido de una muchedumbre, se encaminó al templo, donde, tras augurar la prosperidad que gozaría el pueblo, entonó un himno a Esculapio e, invitando al dios a hacerse visible, hundió un vaso en el agua de la fontana, sacó el huevo, lo quebró y salió la sierpe. Todos se maravillaron. Unos pidieron salud, otros honores, riquezas y felices amores.

Al otro día Alejandro anunció que el dios reptil tomaría cuerpo humano. Los paflagonios corrieron a admirar el prodigio y hallaron al impostor acostado en un lecho, vestido con túnica de profeta y en compañía de una gran serpiente que rodeaba su cuello y cuya cabeza había sido sustituida por una de dragón que lanzaba ráfagas de aparente fuego. El prodigio fue muy divulgado y atrajo a mucha gente.

Alejandro y Croconas pasaron incontables años gozando de fama, riqueza y honores, gracias a que el bizantino inventaba nuevos trucos para mantener la devoción de un público cada vez mayor.

El renombre de Alejandro llegó hasta Roma y fue llamado en el año 174 por Marco Aurelio. La pompa y circunstancia con las que el emperador recibió al llamado Divino Paflagón y su ayudante, unidas a los vaticinios finamente escenificados, exacerbaron la admiración de los romanos.

Pero la egolatría de Alejandro, el fanatismo de Croconas por el Arte y un inesperado prodigio truncaron su carrera. Una noche ocurrió algo inesperado: las nubes que flotaban en el cielo sobre Roma descendieron, tomaron en su seno a Alejandro, volvieron con él a las alturas, lo pasearon largo rato y luego volvieron a descender y lo depositaron en el marmóreo piso.

Pasado el pasmo, llovieron sobre Alejandro las flores, las coronas de laurel, los aplausos, los besos, los cánticos, y el emperador lo nombró el Mayor Vate de Todos los Siglos. Croconas no emitió un solo verso en alabanza de su compañero.

Esa noche discutieron: Croconas, iracundo, reprochó a Alejandro su traición al Arte al permitir que en el espectáculo interviniera un prodigio verdadero. Alejandro alegó que lo ocurrido solo había sido una muestra de que los dioses lo reconocían como un gran artista. “Ése soy yo, dijo Croconas; el que te ha creado desde la sombra y el anonimato, con la invención y la astucia, soy yo; aunque eres mal actor, te he puesto en escena con las mejores técnicas y estilos de la impostura, el Arte, y mira lo que has hecho: has trampeado apartándote del trabajo, del método, y te has abandonado a lo graciosamente dado: la intrusión de lo divino. Traicionas al Arte y me traicionas a mí; eres un payaso indigno, un mal amigo y un bribón”.

Cuando los prodigios se repitieron, las discusiones se encresparon y los amigos comenzaron a verse con odio. Un día se golpearon y Croconas se lanzó contra Alejandro con una daga, le dio muerte y huyó.

El fallecido actor recibió ceremonias fúnebres con presencia del emperador; hubo una suscripción popular para erigirle una estatua; los poetas le dedicaron elegías, los historiadores anotaron sus hazañas y se propuso hacerle un templo en una colina.

Durante años, Croconas, con otro nombre y otra apariencia, devuelto a la pobreza, a la errancia y al oficio de funámbulo y prestidigitador, hizo sus números en pueblos a los que apenas llegaba el latido del imperio. Una noche de insomnio, hallándose acostado bajo una enramada a la vera del camino, se le apareció un fantasma.

—¿Qué me quieres? —le preguntó, pasada la sorpresa.

—Amigo —respondió aquello que débilmente evocaba a Alejandro—, vine a pedirte que no te atormentes por lo que me hiciste; en realidad ser un fantasma no es mala cosa, es el estado filosófico perfecto: está uno liberado del peso de la carne, de necesidades y pasiones, y convertido en puro pensamiento.

Hablaron toda la noche. Recordaron los malos y los buenos tiempos, y cuando llegó el alba, callaron y se miraron a los ojos y sintieron que debían despedirse. Y Croconas, suspirando, dijo:

—No te maté por celos de tu gloria, no fue por envidia ni por ninguna mala pasión sino porque adulterabas el Arte.

Se separaron con amistad rehecha.

Y Croconas continuó presentando sus espectáculos habituales en aldeas, villorrios y caseríos.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.