Yo, señor cronista, más que capitalino —dice el histórico y por tanto heroico organillero don Ignacio Trinidad Lomelí—, me considero zocalino o zocaliano (según deba decirse). Quiero decir que, dejando aparte el debate sobre la identidad nacional o la identidad mexicana y hasta la identidad deefeña, y, sin ganas de lanzar el asunto a debate (como ahora se le dice elegantemente a una discusión, y a veces hasta a una bronca), proclamo mi identidad zocaliana, pues nací en una calle juntita al mero Zócalo, el cual es como quien dice el corazón siempre palpitante de esta ciudad. Pero si bien aplaudo que el señor Mancera, jefe de Gobierno, en adelantadísima previsión de la visita del Papa Francisco en el próximo año, dijo que instalará en nuestro Zócalo una réplica de la Capilla Sixtina, debo yo decir, desde mi propio corazón democrático y abierto a todas las ideas e ideologías y religiones, que estoy de acuerdo, siempre que se tenga previsto un trato justo para otros jefes de Estado que nos visiten, de tal modo que si a nuestro país llega un gobernante de Francia, o de los Estados Unidos, o de la India, o de Rusia, o de China, etcétera, etc., se instalen en el Zócalo, nuestra Plaza de la Constitución, las correspondientes réplicas de la Torre Eiffel, del Capitolio de Washington, del Taj Mahal, del Kremlin, de la muralla China, etc., etc. Y así, además de cosmopolitizarnos, de demostrar la amplitud de nuestra democracia comparable a las mejores del mundo, y, sin abandonar nuestra susodicha identidad nacional, nos cosmopolitarizaremos convirtiendo nuestra magna plaza en un lugar representativo de nuestra vocación internacionalista, planetaria y siempre amiga e incluso hermana de todos los pueblos. Y hay otro beneficio que nos darán esas sucesivas instalaciones de réplicas de algunos de los ilustres monumentos nacionales, y será el de proporcionar a nuestros compatriotas, particularmente a quienes carecen de medios para turistear culturalmente por el exterior, unas probaditas del multidiverso arte arquitectónico que el espíritu humano ha creado en diversas épocas y diversos países.
¡A universalizar el Zócalo!
- Carta de Esmógico City
-
-
José de la Colina
Ciudad de México /