Ante un grupo de niños, un hombre narró esta historia: era un muchacho hijo de un entrenador de caballos, hombre pobre que apenas podía mantener a su familia y mandar al muchacho a la escuela.
Un día en la escuela del muchacho, el profesor les pidió a los alumnos que escribieran la meta que quisieran alcanzar cuando fueran adultos.
El joven escribió su sueño con mucho detalle y dibujó un plano de su proyecto: el rancho, las pesebreras, la ganadería y la casa en la que quería vivir; en fin, puso todo su corazón en el proyecto y lo entregó al profesor.
Días después, recibió su trabajo como reprobado, con una nota que decía: Este le dijo: “Es un sueño poco realista para alguien como tú. No tienes recursos y vienes de una familia pobre. No podrás hacerlo de ningún modo. Si vuelves a hacer el trabajo con objetivos más realistas, reconsideraré tu nota”.
En su casa el chico pensó mucho y le preguntó a su padre qué debía hacer. El le respondió: “Hijo, decide por ti mismo, creo que es una decisión muy importante para ti”.
Después de reflexionar, entregó el trabajo sin hacer cambio alguno. Le dijo al profesor: “Usted quédese con mi mala nota, yo me quedaré con mi sueño”.
Chicos, les cuento esta historia porque es mi historia. Aquí estamos en el rancho que me propuse conseguir porque era la meta de mi vida. Aún conservo esa tarea del colegio enmarcada sobre la chimenea.
Hace dos años, ese mismo profesor trajo 30 alumnos a visitar mi rancho. Al irse me dijo: “Ahora puedo decírtelo. Cuando era tu profesor, era un ladrón de sueños. Durante esos años les robé sus sueños a muchos niños. Tú tuviste la fortaleza para no abandonar el tuyo”. Autor anónimo.
Amigo lector: no deje que nadie le robe sus sueños, como tampoco le robe a nadie los suyos. Cuando quiera conseguir algo, no se detenga ni espere que le llegue por sí sólo, afronte lo que venga, luche por ello y pague el precio.
Arriésguese y deseche su temor al fracaso y a sus miedos. Cierto que a lo único que hay que temerle es al miedo. Recuerde que sin sueños no hay metas, ni espacio donde alojar la esperanza. ¿Qué opina? _