Éxito, reconocimiento, fama y gloria... Demandan superar los obstáculos, tener motivación, perseverar e insistir. Es necesario trabajar muy duro, incluso cuando haya tropiezos y caídas. Lo que haga en la vida hará eco en la eternidad.
Imagine donde quiere estar y así será, y como siempre, los giros y las vueltas del destino lo sorprenderán. La grandeza es una visión. No siempre podemos hacer sólo lo que nos gusta, pero a quienes les gusta lo que hacen se sentirán orgullosos de hacerlo cada día mejor.
Hay momentos de calma, otros frenéticos y los momentos decisivos. Cuando las buenas intenciones no son suficientes, es cuando la vida nos demanda coraje, valentía, creatividad y un indiscutible espíritu de lucha.
Los problemas y los reveses suceden con más frecuencia de lo que nos gustaría. Los tiempos cambian, llegan nuevos desafíos y nuevos objetivos. Vivir es prepararse para situaciones difíciles. El modo en que enfoquemos las dificultades es lo que hace la diferencia.
¿Cómo enfrentar los cambios radicales? Es como actuar en un nuevo escenario, donde creíamos que los hacíamos bien, pero ahora necesitamos aprender de nuevo. ¿Cómo luchar sin dejar atrás nuestros valores fundamentales? Lo increíble es que es durante las situaciones más adversas cuando muchos redescubren lo mejor de sí mismos.
Claro que no es fácil abandonar hábitos y costumbres, no es fácil adaptarse a emplear nuevos medios o recursos con los que no estamos familiarizados, y el pesimismo y la inseguridad nos harán retroceder en momentos como estos. Aunque la amenaza venga de muchas partes, con agilidad, fuerza y determinación podemos alcanzar nuestros objetivos.
La combinación de fuerza y energía es como el equilibrio entre la emoción y la razón, son esenciales para el éxito.
Es una sensación en extremo agradable llegar al fin de una tarea con el sentimiento del deber cumplido. El orgullo de haber visto en los obstáculos la oportunidad para crecer. El orgullo de quien sabe enfrentar las turbulencias de la vida y GANAR. El orgullo de ser un ganador que no dejó sus valores fundamentales. GLADIADOR.
Amigo lector, ¿qué opina?
