Siempre son tantos los problemas y los pendientes que tenemos que resolver -y muchos de ellos a la vez- que parece imposible que en medio de ese sinfín de preocupaciones y contratiempos tengamos la serenidad para resolverlos todos sin caer en la desesperación ni afectar a nadie con nuestra impaciencia.
Pareciera que la serenidad fuera exclusiva de las personas que no tienen problemas, cuando en realidad todos los tenemos y la diferencia está en la manera de afrontarlos.
Por ello, entienda que no debe abandonar sus ocupaciones, ni dejarse arrastrar por la impotencia o esperar a que alguien resuelva sus problemas.
Deje de empeñarse en encontrar una solución inmediata al surgimiento de su problema, entienda que toda situación requiere de un consejo y/o de un análisis previo, detenido y profundo.
Acepte que en estado de tensión, por su mente pasan y repasan las mismas palabras, las mismas opciones y los mismos pensamientos sin llegar a nada concreto, pero sí aumentando su ansiedad, pérdida de tiempo, energía y buen humor.
Reconozca que la serenidad no se da por un simple deseo, que reaccionamos y actuamos por impulsos, privando así a nuestra inteligencia de la oportunidad de conocer y dilucidar todas las aristas del problema.
Valore la serenidad, que la serenidad lo mantiene en un estado de ánimo apacible y sosegado aún en las circunstancias más adversas, y le permite -sin engrandecer o minimizar sus problemas y sin exaltarlo ni deprimirlo- encontrar las mejores soluciones vía una reflexión detenida, exhaustiva y cuidadosa.
Genere serenidad, evite “encerrarse” en sí mismo, busque el apoyo y el consejo de las personas en las que confía, que su opinión siempre estará de acuerdo a la razón, a la verdad y a la justicia.
Goce de la alegría ajena. ¿Por qué volverse intratable y/o agresivo, cuando nadie más tiene la culpa de sus problemas? No se aleje ni rechace esas pequeñas luces que iluminan su día. Autor anónimo.
Amigo lector, la serenidad lo hace más dueño de sus emociones y le brinda la fortaleza no sólo para dominarse, sino también para soportar y afrontar las adversidades sin afectar el trato con sus semejantes. ¡Adóptela! ¿Qué opina?