Luis M. Morales
El Manifiesto del Partido Comunista se publica en 1848 como respuesta a los efectos de la Revolución Industrial. Este proceso de transformación económica, social y tecnológica comienza a finales del siglo XVIII y termina entre 1820-1840. Si bien los avances económicos que brindó la Revolución Industrial son innegables, el impacto social que esta tuvo en especial en la clase trabajadora fue mayúsculo y por ende surgen varios movimientos como resistencia y polarización entre capitalistas y trabajadores.
¿Y si el capitalismo como lo conocemos esté llegando a su fin después de varios siglos y estemos viviendo un nuevo sistema y orden económico, en donde el poder lo tenga quien construya y contribuya? ¿No es ésta la utopía socialista de dar el poder a la gente y a la sociedad?
Para poder descifrar la paradoja de tener a Marx y Engels asociados con el movimiento web3 que estamos siendo testigos, primero necesitamos entender qué es web3 y cómo pudiera transformar la sociedad y las economías como las conocemos hasta el día de hoy.
Web 1.0: Periodo de 1991 a 2004, con el inicio de internet, donde las páginas ofrecen información y el usuario es un lector.
Web 2.0: Comienzo en 2004 y continúa al día de hoy. Se refiere a un internet donde los usuarios contribuyen creando contenido e interactúan entre ellos. Permite el surgimiento de comunidades digitales y un acervo de contenido, pero donde el dueño de la plataforma son empresas privadas. Ejemplos de esto son Facebook (ahora Meta), YouTube, podcasts, blogs y mensajes.
Web 3.0: Término acuñado por Gavin Wood en 2014, pero que gana popularidad en 2020-21. Si bien comprende muchos cambios radicales en el involucramiento de las personas, en términos generales, es un internet basado en blockchain lo cual permite la propiedad y derechos sobre activos digitales. Para entender esto, analicemos cada componente y luego viajemos al futuro para imaginar aplicaciones y el impacto en nuestro día a día.
Blockchain es un registro de información único e inalterable, distribuido en varios nodos. Donde cada nuevo registro se graba encima de los registros anteriores (bloques) y queda almacenada toda la información histórica. La mejor manera de entenderlo sería un registro público de la propiedad donde todos sepamos cada cambio, todo el tiempo y esta información esté guardada en todas las computadoras sobre quién tiene derechos sobre cada cosa.
Esta tecnología ha permitido el surgimiento de criptomonedas (ej. Bitcoin y ETH), NFTs (ej. arte digital) y contratos inteligentes. Al estar descentralizado y almacenado en varias computadoras, se resta control y poder tanto a empresas como a gobiernos, y por ello la resistencia a la adopción inminente que está por venir.
Probablemente el vértice de convergencia de esta tecnología son las DAOs (Organizaciones Autónomas Descentralizadas) y éstas pudieran constituir la siguiente fuente de propiedad y organización que dé fin al capitalismo como lo conocemos y abra un nuevo capítulo de la historia económica.
Las DAOs son organizaciones que, mediante el uso de contratos inteligentes, establecen reglas claras para su funcionamiento. No tiene administradores, sino que todos los procesos están pre-escritos en código. Establecen la propiedad vía tokens, otorgan derechos de voto y la posibilidad de influir en su funcionamiento, y recompensan a los participantes de acuerdo a su contribución a cada DAO… Ufff ¿suena complicado verdad? Veamos ejemplos de cómo serían y porqué van a regir el mundo:
1. Real Estate: varios inversionistas contribuyen dinero y son dueños de una propiedad. Las reglas del condominio ya están escritas, para su manejo y administración.
2. neo-Uber: los conductores se organizan bajo una DAO, la cual redistribuye las utilidades de la plataforma de acuerdo a las horas conducidas y calificación obtenida.
3. neo-Spotify: los artistas son recompensados con las utilidades de la empresa basado en reproducciones.
4. neo- Twitter, Facebook o Instagram: los ingresos de publicidad se redistribuyen de acuerdo a lectores y likes de cada usuario.
Las posibilidades son infinitas para reorganizar toda la economía en estas neo-cooperativas que se pueden volver funcionales gracias al blockchain y la propiedad digital que este permite.
Web3 nos brinda un poco de esperanza para formar una sociedad más equitativa en donde la gente sea recompensada con base en su contribución individual y donde cada participante pueda ser dueño parcial de las organizaciones donde participan y contribuyen. Probablemente Marx y Engels estarían ahora escribiendo el código de una DAO en vez del Manifiesto.
Pero sólo probablemente…
Jorge Combe*
*Cofundador DD3
Twitter: @jorgecombe