Críticos, líderes de opinión y caricaturistas, (locales, nacionales o extranjeros), es el verdadero contrapeso de los gobernantes en turno, de los tres niveles de gobierno.
Lo que sus más cercanos colaboradores, no osan comentarle, por el temor de ser despedidos o inclusive desaforados en caso de tener fuero constitucional, no obstante saber, palpar y ver el rumbo que está tomando la administración, notoriamente errática, con más pobreza , desempleo y violencia.
Inclusive algunos tardaron lustros divulgando sus ideales, mismos que concretarían al ser gobierno y tomar decisiones en favor del ciudadano, pero una vez logrado su objetivo, poco a poco se van desentendiendo de sus promesas y es ahí donde entran los contrapesos de esa administración gubernamental, unos como comentaristas de radio y televisión, otros como críticos editorialistas, y los más didácticos y cáusticos son los caricaturistas.
Cuando los gobernantes en turno, fueron oposición y pretendían el poder, eran ávidos seguidores de líderes de opinión leyendo y replicando vía redes sociales, columnas políticas que criticaban a la autoridad en turno, eran aplaudidores de alguna caricatura, que con un dibujo y tres o cuatro palabras hacían escarnio de su rival político, pero más que escarnio es exhibir las omisiones, excesos y pifias del gobierno.
Pero cuando son autoridad, lejos de valorar la crítica que jamás saldrá de su séquito de queda bien y aplaudidores, dicha crítica editorial o caricatura la toman como un agravio a su integridad e inteligencia, pues consideran que al tomar el poder, están exentos de cometer errores como cualquier ser humano.
Los señalamientos hechos por los críticos en mención, son una gran oportunidad de valorar en que están fallando en sus funciones.
Como seres humanos que son, están expuestos a las pifias que por supuesto sus colaboradores no se atreven a decirle por temor a ser reprendidos o excluidos del equipo de trabajo.
Pero lejos de reconocer y valorar las críticas, (la mayoría objetivas) dónde debe prevalecer la libertad de expresión, son etiquetados por algunas autoridades, como “resentidos sociales” y hasta los estigmatizan como “vulgares libelos o pasquines inmundos”
Para concluir esta columna tres frases inmortales:
“Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay una cierta complicidad vergonzosa” Víctor Hugo
“La política es el camino para que los hombres sin principios, puedan dirigir a los hombres sin memoria” Voltaire
“No existe bestia en el mundo, más peligrosa que un ignorante con poder” Ronald Reagan.